En
esta homilía, San Juan Pablo II, nos da una hermosa explicación sobre la
Asunción de la Virgen María al Cielo:
La Asunción de la Virgen
María (o la Asunción de la Virgen) es una doctrina de la Iglesia Católica que
enseña que después de la muerte de la madre de Jesús, ella fue resucitada,
glorificada y llevada corporalmente al cielo (es decir, físicamente y
espiritualmente), para vivir con Dios Padre, con su hijo (Jesucristo), con el
Espíritu Santo, los Ángeles y todos los santos del Cielo por toda la eternidad
La palabra asunción se toma
de una palabra latina que significa "tomar". La Asunción de María es
enseñada tanto por la Iglesia Católica, así como por la Iglesia Ortodoxa
Oriental en menor grado.
Todos los seres humanos
tenemos que esperar hasta el fin de los tiempos para nuestra resurrección
corporal, pero el cuerpo de María fue capaz de ir directamente al cielo porque
su alma no había sido contaminada por el pecado original (Inmaculada).
Nadie se ha sumergido como
María en el corazón del misterio de la redención. Nadie como ella puede acercar
este misterio a nosotros. Ella se encuentra en el centro mismo del misterio.
Nos encontramos, en el día
de la solemnidad de la Asunción de María al cielo, cuando la Iglesia proclama
la gloria de su nacimiento definitivo para el cielo.
Oración a la Virgen María
asunta al Cielo
¡Oh Madre de la Iglesia!
Ante esta humanidad que parece siempre fascinada por lo temporal, y cuando la
dominación sobre el mundo oculta la perspectiva del destino eterno del hombre en
Dios, sé tú misma un testimonio de Dios; tú, su Madre.
¿Quién puede resistir al
testimonio de una madre? Tú que has nacido para las fatigas de esta tierra:
concebida de forma inmaculada. Tú que has nacido para la gloria del cielo:
asunta al cielo.
Tú que estás vestida del sol
de la insondable Divinidad, del sol de la impenetrable Trinidad, llena del
Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Tú, a quien la Trinidad se
da como único Dios, el Dios de la alianza y de la redención, el Dios del
comienzo y del fin. El Alfa y Omega. El Dios-Verdad. El Dios-Amor. El
Dios-Gracia. El Dios-Santidad. El Dios que lo supera todo y lo abraza todo. El
Dios que es todo en todos.
Tú que estás vestida del
sol. ¡Hermana nuestra! ¡Madre nuestra! Sé el testimonio de Dios (…) ante
nosotros, hijos de Eva en el destierro. ¡Sé el testimonio de Dios!
Amén.