sábado, 25 de septiembre de 2021

San Juan Pablo II y su mirada hacia Internet

Es necesario en Internet un espacio para Cristo...
Sólo cuando se vea su rostro y se oiga su voz el mundo conocerá la buena nueva de nuestra redención. 
Esta es la finalidad de la evangelización. Y esto es lo que convertirá Internet en un espacio auténticamente humano, puesto que si no hay lugar para Cristo, tampoco hay lugar para el hombre...
Por tanto quiero exhortar a toda la Iglesia a cruzar intrépidamente este nuevo umbral, para entrar en lo más profundo de la red...

sábado, 11 de septiembre de 2021

San Juan Pablo II invocaba a María ante el terrorismo mundial

Llama la atención la cantidad de veces que el papa san Juan Pablo II invocó a María y pidió a los católicos que le rezaran en un momento del avance del terrorismo internacional, especialmente en las fechas del aniversario de los ataques del 11 de septiembre o alrededor de ellos.
 
Al día siguiente de los atentados, miércoles 12 de septiembre de 2001, el papa Juan Pablo II presidió una oración por la paz durante la Audiencia General, después de haber confiado el mundo a la Virgen María: “Roguemos al Señor para que la espiral del odio y la violencia no prevalezca. Que la Santísima Virgen, Madre de Misericordia, suscite en el corazón todos pensamientos de sabiduría e intenciones de paz”.
 
Al año siguiente, en 2002, el 11 de septiembre fue un miércoles, día de Audiencia General. El Papa presidió una oración universal de intercesión por las víctimas del atentado y sus familias, y por la paz mundial. En árabe, la oración decía: “Por los creyentes de todas las religiones, para que, en Nombre de Dios misericordioso y amante de la paz, rechacen firmemente cualquier forma de violencia, dentro del respeto a las diferentes experiencias históricas, culturales y religiosas”.
 
El 11 de septiembre de 2003, el Papa estaba de viaje en Eslovaquia, pero el día antes de su partida, miércoles 10 de septiembre, al finalizar la Audiencia General, habló de la Virgen María, en italiano, recordando que nosotros acabábamos de celebrar su Natividad y que el 12 de septiembre la Iglesia celebraba el Santo Nombre de María.
 
Y, el sábado 11 de septiembre de 2004, envió un mensaje a los obispos de Estados Unidos en el que llamó a la paz: “Me uno a sus oraciones para que cese la plaga del terrorismo y crezca la civilización del amor”. E invitó a los obispos a confiar en María, “¡Que encuentren sabiduría y fortaleza por intercesión de María Inmaculada, patrona de su país!”. Él mismo los confió a la Virgen: “Los encomiendo a todos con gran afecto a la oración de María, Madre de la Iglesia”.

domingo, 5 de septiembre de 2021

Juan Pablo II y Teresa de Calcuta: “los santos vienen de a dos”

Se dice que los santos “vienen de a dos” como en los casos de la Virgen María y San José, San Pedro y San Pablo, San Francisco y Santa Clara o los franceses San Luis y Santa Celia Martin.
 
Quizá la dupla de santos y amigos que más se conoce en la actualidad es la de la Madre Teresa Calcuta y San Juan Pablo II, cuyos caminos se entrelazaron en el tiempo que la religiosa era Superiora de las Misioneras de la Caridad y Juan Pablo II era Obispo de Roma.
 
En 1986, el Papa llegó hasta la casa de la Madre Teresa ubicado en el corazón de los barrios pobres de Calcuta. La santa describió esta visita como “el día más feliz de mi vida”.  Tras la llegada del Santo Padre al lugar, la Madre Teresa subió al papamóvil blanco y besó su anillo, conocido como el anillo del pescador. Luego el Pontífice besó la frente de la santa, un saludo que intercambiaban cada vez que se encontraban.
 
Después de un cálido “hola” la Madre Teresa llevó a Juan Pablo II a su hogar llamado Nirmal Hriday (Sagrado Corazón), que era un hospicio para enfermos, indigentes y moribundos, que fundó en la década de 1950. El registro fotográfico de la visita muestra a la religiosa llevando al Papa de la mano a varias locaciones del hospicio mientras se detenía a abrazar, bendecir y saludar a los pacientes. También bendijo cuatro cadáveres, entre ellos el de un niño.
 
De acuerdo a lo informado por la BBC, el Papa Wojtyla estaba "visiblemente emocionado" durante el recorrido mientras ayudaba a las hermanas a alimentar y cuidar a enfermos y moribundos. En algunos momentos el Santo Padre estuvo tan sorprendido que no tenía palabras para responder a la Madre Teresa. El entonces Obispo de Roma dio un breve discurso fuera del hospicio, y llamó al hogar Nirmal Hriday "un lugar que da testimonio de la primacía del amor".
 
"Cuando Jesucristo enseñaba a sus discípulos cómo podían mostrar su amor por Él, les dijo: ‘De cierto os digo que cuanto hicisteis a uno de los más pequeños de estos mis hermanos, me lo hicieron a mí'. A través de la Madre Teresa y las Misioneras de la Caridad, y través de muchos otros que han servido aquí, Jesús ha amado profundamente a las personas que la sociedad considera a menudo 'el más pequeño de nuestros hermanos'", comentó.
 
"Nirmal Hriday proclama la profunda dignidad de toda persona humana. Es testimonio de la certeza de que el valor de un ser humano no se mide por su utilidad, con la salud o la enfermedad, con la edad, credo o raza. Nuestra dignidad humana viene de Dios nuestro creador, a cuya imagen fuimos creados. Ninguna privación o sufrimiento puede quitarnos esa dignidad, porque siempre somos valiosos a los ojos del Señor”, añadió el Pontífice.
 
Después de su discurso, el Papa saludó a la multitud reunida, e hizo una parada especial para saludar a las sonrientes y cantoras hermanas Misioneras de la Caridad.
 
Además de describir aquella visita como “el día más feliz de mi vida”, la Madre Teresa afirmó que “es una cosa maravillosa para el pueblo, porque su contacto es el contacto mismo de Cristo".
 
Ambos santos siguieron siendo amigos cercanos y se visitaron varias veces a lo largo de los años.
 
Después de la muerte de Madre Teresa en 1997, San Juan Pablo II decidió no esperar los cinco años establecidos para abrir la causa de canonización de la religiosa. Durante la beatificación en 2003, el Pontífice polaco alabó el amor de la Madre Teresa hacia Dios, que se mostró a través de su amor a los pobres.
 
El día de la canonización, el 4 de septiembre de 2016, el Papa Francisco manifestó que la Madre Teresa “a lo largo de toda su existencia, ha sido una generosa dispensadora de la misericordia divina, poniéndose a disposición de todos por medio de la acogida y la defensa de la vida humana, tanto la no nacida como la abandonada y descartada. Se ha comprometido en la defensa de la vida proclamando incesantemente que 'el no nacido es el más débil, el más pequeño, el más pobre'".
 
Su misión, continuó el Papa, "en las periferias de las ciudades y en las periferias existenciales permanece en nuestros días como testimonio elocuente de la cercanía de Dios hacia los más pobres entre los pobres".
 
"Hoy entrego esta emblemática figura de mujer y de consagrada a todo el mundo del voluntariado: que ella sea vuestro modelo de santidad", expresó.