En este “Mes de la Biblia” tengamos en cuenta que la lectura orante
siempre desemboca en un desafío para vivir. La Palabra de Dios nos desafía a
seguir los pasos de Jesús y cambiar nuestra vida. La lectura orante, practicada
en comunidad, es una "puerta-espejo" que nos interpela y nos ayuda a
discernir cómo vivir y practicar su Palabra en nuestros días.
De la la Encíclica Fides et
ratio
Capítulo V. N´55 (parcial)
"Tampoco faltan rebrotes peligrosos de fideísmo, que no acepta la
importancia del conocimiento racional y de la reflexión filosófica para la
inteligencia de la fe y, más aún, para la posibilidad misma de creer en Dios.
Una expresión de esta tendencia fideísta difundida hoy es el « biblicismo »,
que tiende a hacer de la lectura de la Sagrada Escritura o de su exégesis el
único punto de referencia para la verdad. Sucede así que se identifica la
palabra de Dios solamente con la Sagrada Escritura, vaciando así de sentido la
doctrina de la Iglesia confirmada expresamente por el Concilio Ecuménico
Vaticano II.
La Constitución Dei Verbum, después de recordar que la palabra de Dios
está presente tanto en los textos sagrados como en la Tradición, afirma
claramente: « La Tradición y la Escritura constituyen el depósito sagrado de la
palabra de Dios, confiado a la Iglesia. Fiel a dicho depósito, el pueblo
cristiano entero, unido a sus pastores, persevera siempre en la doctrina
apostólica ». La Sagrada Escritura, por tanto, no es solamente punto de
referencia para la Iglesia. En efecto, la « suprema norma de su fe » proviene
de la unidad que el Espíritu ha puesto entre la Sagrada Tradición, la Sagrada
Escritura y el Magisterio de la Iglesia en una reciprocidad tal que los tres no
pueden subsistir de forma independiente.
No hay que infravalorar, además, el peligro de la aplicación de una
sola metodología para llegar a la verdad de la Sagrada Escritura, olvidando la
necesidad de una exégesis más amplia que permita comprender, junto con toda la
Iglesia, el sentido pleno de los textos. Cuantos se dedican al estudio de las
Sagradas Escrituras deben tener siempre presente que las diversas metodologías
hermenéuticas se apoyan en una determinada concepción filosófica. Por ello, es
preciso analizarla con discernimiento antes de aplicarla a los textos
sagrados."
San Juan Pablo II
Fides et ratio
14 de Setiembre de 1998
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