San Juan Pablo II y la Virgen
La Virgen siempre protegió a Karol Wojtyla, aun desde su época de seminarista, mucho tiempo antes que llegara a ser el papa Juan Pablo II.
Se
conoce que el 6 de agosto de 1944, festividad litúrgica de la Transfiguración,
permanecerá en Cracovia como el «domingo negro»: la Gestapo barre la ciudad y
detiene a los jóvenes para impedir que se repita el alzamiento de Varsovia.
El
arzobispo Sapieha convoca inmediatamente a sus seminaristas clandestinos con la
intención de esconderlos en su residencia. (...) Cuando llega al lugar,
Malinski pregunta «¿Karol Wojtyla está aquí ?» Y, sí, ahí estaba, pero se había
salvado de milagro. Durante la redada de la víspera, la Gestapo había
registrado los dos primeros pisos de la casa del N° 10 de Tyniecka. Pero Karol
estaba en su apartamento situado en el subsuelo, detrás de una puerta, con el
corazón que se le salía del pecho, rezando... Los alemanes se marcharon con las
manos vacías.
Es
apenas un ejemplo de los tantos que se pueden citar sobre la forma en que San
Juan Pablo II estuvo unido y protegido siempre por María, a la que se declaraba
“Todo Tuyo” (Totus Tuus).
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