domingo, 29 de octubre de 2023

Oración por la PAZ de San Juan Pablo II

- Pronunciada en ocasión de su último viaje a Siria y Tierra Santa -
 
Dios de infinita misericordia y bondad, con corazón agradecido te invocamos hoy en esta tierra que en otros tiempos recorrió San Pablo y proclamó a las naciones la verdad de que en Cristo Dios reconcilió al mundo consigo.
 
Que tu voz resuene en el corazón de todos los hombres y mujeres, cuando los llames a seguir el camino de reconciliación y paz, y a ser misericordiosos como Tú.
 
Señor, Tú diriges palabras de paz a tu pueblo y a todos los que se convierten a Tí de corazón.
 
Te pedimos por los pueblos de Oriente Próximo. Ayúdales a derribar las barreras de la hostilidad y de la división y a construir juntos un mundo de justicia y solidaridad.
 
Señor, tú creas cielos nuevos y una tierra nueva.
 
Te encomendamos a los jóvenes de estas tierras. En su corazón aspiran a un futuro más luminoso; fortalece su decisión de ser hombres y mujeres de paz y heraldos de una nueva esperanza para sus pueblos.
 
Padre, tú haces germinar la justicia en la tierra.
 
Te pedimos por las autoridades civiles de esta región, para que se esfuercen por satisfacer las justas aspiraciones de sus pueblos y eduquen a los jóvenes en la justicia y en la paz.
 
Impúlsalos a trabajar generosamente por el bien común y a respetar la dignidad inalienable de toda persona y los derechos fundamentales que derivan de la imagen y semejanza del Creador impresa en todo ser humano.
 
Te pedimos de modo especial por las autoridades de esta noble tierra de Siria. Concédeles sabiduría, clarividencia y perseverancia; no permitas que se desanimen en su ardua tarea de construir la paz duradera, que anhelan todos los pueblos.
 
Padre celestial, en este lugar donde se produjo la conversión del apóstol San Pablo, te pedimos por todos los que creen en el evangelio de Jesucristo.
 
Guía sus pasos en la verdad y en el amor. Haz que sean uno, como tú eres uno con el Hijo y el Espíritu Santo. Que testimonien la paz que supera todo conocimiento y la luz que triunfa sobre las tinieblas de la hostilidad, del pecado y de la muerte.
 
Señor del cielo y de la tierra, Creador de la única familia humana, te pedimos por los seguidores de todas las religiones.
 
Que busquen tu voluntad en la oración y en la pureza del corazón, y te adoren y glorifiquen tu santo nombre. Ayúdales a encontrar en Tí la fuerza para superar el miedo y la desconfianza, para que crezca la amistad y vivan juntos en armonía.
 
Padre misericordioso, que todos los creyentes encuentren la valentía de perdonarse unos a otros, a fin de que se curen las heridas del pasado y no sean un pretexto para nuevos sufrimientos en el presente.
 
Concédenos que esto se realice sobre todo en Tierra Santa, esta tierra que bendijiste con tantos signos de tu Providencia y donde te revelaste como Dios de amor.
 
A la Madre de Jesús, la bienaventurada siempre Virgen María, le encomendamos a los hombres y a las mujeres que viven en la tierra donde vivió Jesús. Que, al seguir su ejemplo, escuchen la palabra de Dios y tengan respeto y compasión por lo demás, especialmente por los que son diversos de ellos.
 
Que, con un solo corazón y una sola mente, trabajen para que todo el mundo sea una verdadera casa para todos sus pueblos.
 
¡Paz! ¡Paz! ¡Paz!
 
Amén.
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San Juan Pablo II

domingo, 22 de octubre de 2023

Oración a San Juan Pablo II

¡Oh San Juan Pablo, desde la ventana del Cielo dónanos tu bendición!
 
Bendice a la Iglesia, que tú has amado, servido, y guiado, animándola a caminar con coraje por los senderos del mundo para llevar a Jesús a todos y a todos a Jesús.
 
Bendice a los jóvenes, que han sido tu gran pasión. Concédeles volver a soñar, volver a mirar hacia lo alto para encontrar la luz, que ilumina los caminos de la vida en la tierra.
 
Bendice las familias, ¡bendice cada familia!
 
Tú advertiste el asalto de Satanás contra esta preciosa e indispensable chispita de Cielo, que Dios encendió sobre la tierra. San Juan Pablo, con tu oración protege las familias y cada vida que brota en la familia.
 
Ruega por el mundo entero, todavía marcado por tensiones, guerras e injusticias. Tú te opusiste a la guerra invocando el diálogo y sembrando el amor: ruega por nosotros, para que seamos incansables sembradores de paz.
 
Oh San Juan Pablo, desde la ventana del Cielo, donde te vemos junto a María, haz descender sobre todos nosotros la bendición de Dios. Amén.

sábado, 14 de octubre de 2023

San Juan Pablo II y los misterios luminosos del Rosario

Un 16 de octubre de 2002 el Papa San Juan Pablo II publicó la carta apostólica
Rosarium Virginis Mariae, por la que incorporó cinco nuevos misterios, los luminosos, a los tradicionales 15 meditados en el Rosario.

Los misterios luminosos están referidos a la vida pública de Jesús y son: el Bautismo del Señor en el Jordán; la autorrevelación en las bodas de Caná; el anuncio del Reino invitando a la conversión; la Transfiguración y la institución de la Eucaristía.
 
En esta carta apostólica, el Santo Padre explica que el Rosario, “aunque se distingue por su carácter mariano, es una oración centrada en la cristología” que tuvo “un puesto importante” durante sus años de juventud en su vida espiritual.
 
De hecho, dos semanas después de ser elevado a la Cátedra de Pedro, San Juan Pablo II confesó de modo público: “El Rosario es mi oración predilecta”.
 
El Papa propuso los misterios luminosos para “resaltar el carácter cristológico del Rosario”. Se trata de misterios referidos “a la vida pública de Cristo desde el Bautismo a la Pasión”, explica el Santo Padre.
 
Así, en estos misterios “contemplamos aspectos importantes de la persona de Cristo como revelador definitivo de Dios”, afirma el Papa, ya que es Él “quien, declarado Hijo predilecto del Padre en el Bautismo en el Jordán, anuncia la llegada del Reino, dando testimonio de Él con sus obras y proclamando sus exigencias”.
 
San Juan Pablo II consideró en esta carta apostólica además que “durante la vida pública, es cuando el misterio de Cristo se manifiesta de manera especial como misterio de luz”.
 
Así, para que el Rosario sea “plenamente compendio del Evangelio”, el Papa considera conveniente que “la meditación se centre también en algunos momentos significativos de la vida pública”, tras haber contemplado la encarnación  y la vida oculta en los misterios de gozo y antes de considerar los de la Pasión (misterios dolorosos) y el triunfo de la Resurrección (en los gloriosos).
 
El Papa advierte que esta incorporación se realiza “sin prejuzgar ningún aspecto esencial de la estructura tradicional de esta oración” y con la intención de “hacerla vivir con renovado interés en la espiritualidad cristiana, como verdadera introducción a la profundidad del Corazón de Cristo, abismo de gozo y de luz, de dolor y de gloria”.
 
Misterios que revelan la luz del Reino
 
San Juan Pablo II detalla que, cada uno de los misterios de luz “revela el Reino ya presente en la persona misma de Jesús”.
 
Esta presencia se manifiesta de manera particular en cada uno de los misterios luminosos.
 
1) En el Bautismo, Cristo “se hace ‘pecado’ por nosotros”, el Padre lo proclama Hijo Predilecto y el Espíritu Santo “desciende sobre él para investirlo de la misión que le espera”.
 
2) En las bodas de Caná, Cristo, al transformar el agua en vino, “abre el corazón de los discípulos a la fe gracias a la intervención de María, la primera creyente”.
 
3) Con la predicación del Reino y la llamada a la conversión, Jesús inicia “el misterio de la misericordia” que continúa a través del “sacramento de la Reconciliación confiado a la Iglesia”.
 
4) Para San Juan Pablo II, la Transfiguración es el “misterio de luz por excelencia” ya que “la gloria de la Divinidad resplandece en el rostro de Cristo, mientras el Padre lo acredita ante los apóstoles”.
 
5) La institución de la Eucaristía es también misterio de luz porque al hacerse alimento bajo las especies del pan y el vino, Cristo da “testimonio de su amor por la humanidad ‘hasta el extremo’ y por cuya salvación se ofrecerá en sacrificio”.
 
María en los misterios de luz
 
El Santo Padre afirma que “excepto en el de Caná, en estos misterios la presencia de María queda en el trasfondo”. Sin embargo, “el cometido que desempeña en Caná acompaña toda la misión de Cristo” con su invitación materna: “Haced lo que Él os diga”.
 
San Juan Pablo II considera que esta es “una exhortación que introduce muy bien las palabras y signos de Cristo durante su vida pública, siendo como el telón de fondo de todos los misterios de luz”.
 
El Papa propuso desde entonces contemplar estos misterios de luz los jueves de cada semana.

(ACIprensa)

domingo, 8 de octubre de 2023

María Reina del Santo Rosario

«Oh Rosario bendito de María, dulce cadena que nos une con Dios, vínculo de amor que nos une a los Ángeles, torre de salvación contra los asaltos del infierno, puerto seguro en el común naufragio, no te dejaremos jamás. Tú serás nuestro consuelo en la hora de la agonía. Para Ti el último beso de la vida que se apaga. Y el último susurro de nuestros labios será tu suave nombre, oh Reina del Rosario de Pompeya, oh Madre nuestra querida, oh Refugio de los pecadores, oh Soberana consoladora de los tristes. Que seas bendita por doquier, hoy y siempre, en la tierra y en el Cielo». ( San Juan Pablo II: "Rosarium Virginis Mariae", 43)
El Papa Francisco se hizo devoto del Santo Rosario junto a San Juan Pablo II. El testimonio le fue descrito de puño y letra por el entonces Cardenal Bergoglio a la periodista Stefania Falasca, quien escribió al respecto estas líneas en el diario Avvenire de Italia.
 
"Cuando Juan Pablo II murió, el 2 de abril de 2005, toda la Iglesia y el mundo entero le rindió homenaje. Su enseñanza y su persona habían dejado una huella profunda e indeleble para siempre. Una avalancha de comentarios, conmemoraciones, análisis, destacaron el valor histórico y eclesial del largo pontificado de Wojtyla.
 
Fue entonces que Giulio Andreotti, director de la revista "30 Giorni", para la que escribía entonces, tuvo la idea de invitarme a producir una breve memoria del Papa polaco pidiendo testimonio a los cardenales que llegaban a la ciudad para participar en el Cónclave. Así entonces tomé contacto con el cardenal Jorge Mario Bergoglio, quien todavía estaba en Buenos Aires. Presenté la solicitud y cuando estuvo en Roma me dio una página escrita a mano y me dijo que la había compilado en el avión. El testimonio eran sólo unas pocas líneas, pero muy elocuente. El arzobispo argentino no paró de valorar el pontificado que acababa de terminar. Pero el breve texto entrelazaba todo con una historia más íntima, totalmente espiritual y comenzaba recordando una noche romana de años pasados…"
 
Cita del texto del entonces Cardenal Bergoglio:

"Si no recuerdo mal, era 1985. Una noche fui a rezar el Santo Rosario que dirigía el Santo Padre. Estaba delante de todos, de rodillas. El grupo era grande, veía al Santo Padre por la espalda y, poco a poco, me sumergí en la oración. No estaba solo. Oraba entre el pueblo de Dios al que yo pertenecía, y todos los que estaban allí, dirigidos por nuestro Pastor. En el medio de la oración, me distraje, mirando la figura del Papa: su piedad, su devoción, ¡eran todo un testimonio! Y el tiempo se desvaneció, y empecé a imaginar el joven sacerdote, seminarista, el poeta, el trabajador, el niño de Wadowice... en la misma posición en que estaba en ese momento, orando Ave María tras Ave María. Su testimonio me impactó. Sentí que este hombre, elegido para dirigir la Iglesia, había recorrido un camino de regreso hasta su Madre del Cielo, un proceso iniciado desde su infancia. Y allí me di cuenta de la densidad que tenían las palabras de la Madre de Guadalupe a San Juan Diego: "No temas, ¿no soy acaso tu madre?" Comprendí así la presencia de María en la vida del Papa, que no dejó de testimoniar ni un instante. Desde entonces recito todos los días los quince misterios del Rosario".
 
En el punto 17 de la Carta Apostólica "Rosarium Virginis Mariae", San Juan Pablo II, expresa que "La Virgen del Rosario continúa su obra de anunciar a Cristo".  El siguiente es el texto completo de dicho punto:
"...El Rosario es también un itinerario de anuncio y de profundización, en el que el misterio de Cristo es presentado continuamente en los diversos aspectos de la experiencia cristiana. Es una presentación orante y contemplativa, que trata de modelar al cristiano según el corazón de Cristo. Efectivamente, si en el rezo del Rosario se valoran adecuadamente todos sus elementos para una meditación eficaz, se da, especialmente en la celebración comunitaria en las parroquias y los santuarios, una significativa oportunidad catequética que los Pastores deben saber aprovechar. La Virgen del Rosario continúa también de este modo su obra de anunciar a Cristo. La historia del Rosario muestra cómo esta oración ha sido utilizada especialmente por los Dominicos, en un momento difícil para la Iglesia a causa de la difusión de la herejía. Hoy estamos ante nuevos desafíos. ¿Por qué no volver a tomar en la mano las cuentas del rosario con la fe de quienes nos han precedido? El Rosario conserva toda su fuerza y sigue siendo un recurso importante en el bagaje pastoral de todo buen evangelizador..."