jueves, 19 de agosto de 2010

Juan Pablo II, nuevo testimonio

Tengo el inmenso gusto de contarles un testimonio que viví y lo veo como un milagro que viví y siento que debo hacerlo público:

Hace unos años tuve mucho sufrimiento ya que mi único hijo, Daniel Schulte, durante sus años de high school tuvo muchos amigos y algunos no muy buenos. Soy una mujer viuda y sufría al ver a estos amigotes buscarlo y aunque fue un excelente estudiante, en ese tiempo él estuvo en problemas de alcohol y droga.

Oraba cada día y cuando murió Juan Pablo II empecé a pedirle con fe que me ayudara a sanar a mi hijo.

Daniel se graduó y empezó la Universidad y poco a poco empezó a cambiar para bien y estuvo en cursos para limpiar su vida hasta que conoció a la que ahora es su esposa y se casó. Los malos amigos empezaron a desaparecer y, entre rezos y esa buena mujer, hoy es un hombre de bien y padre de una preciosa niña...

Esto lo veo como un milagro e incluso fui a Roma a dar gracias a ese Papa Santo que me ayudo a implorar a Dios Padre para la salvación de este ser al que le he dedicado mi vida y es el fruto del amor. Me siento muy agradecida de cómo el Padre me concedió el milagro de volver a encaminar a mi hijo en la vida a través de Su Santidad Juan Pablo II.

Por eso es que siento que debo dar este testimonio, y además les digo que aún hoy oro a Dios para que Juan Pablo II ayude a toda la juventud y también por los niños abusados, por el hambre en el mundo, por los ancianos que son descuidados por sus hijos debido a la prisa de la vida y nuestras ocupaciones.

Tuve el gusto de ver a Juan Pablo II cuando visitó el estado de Arizona donde vivíamos en ese entonces. Aún conservo una pequeña cruz que él bendijo y nos la obsequió a todos los asistentes al estadio de Phoenix.

Saludos.

Rocio Schulte
Boca Ratón, Florida, USA

.

No hay comentarios: