sábado, 29 de mayo de 2010

Oración de Juan Pablo II a la Santísima Trinidad

Trinidad Santísima, beata y beatificante, haz dichosos a tus hijos e hijas que has llamado a confesar la grandeza de tu amor, de tu bondad misericordiosa y de tu belleza.

Padre Santo, santifica a los hijos e hijas que se han consagrado a ti para la gloria de tu nombre. Acompáñales con tu poder, para que puedan dar testimonio de que Tú eres el Origen de todo, la única fuente del amor y la libertad. Te damos gracias por el don de la vida consagrada, que te busca en la fe y, en su misión universal, invita a todos a caminar hacia ti.

Jesús Salvador, Verbo Encarnado, así como has dado tu forma de vivir a quienes has llamado, continúa atrayendo hacia ti personas que, para la humanidad de nuestro tiempo, sean depositarias de misericordia, anuncio de tu retorno, y signo viviente de los bienes de la resurrección futura. ¡Ninguna tribulación los separe de ti y de tu amor!

Espíritu Santo, Amor derramado en los corazones, que concedes gracia e inspiración a las mentes, Fuente perenne de vida, que llevas la misión de Cristo a su cumplimiento con numerosos carismas, te rogamos por todas las personas consagradas. Colma su corazón con la íntima certeza de haber sido escogidas para amar, alabar y servir. Haz que gusten de tu amistad, llénalas de tu alegría y de tu consuelo, ayúdalas a superar los momentos de dificultad y a levantarse con confianza tras las caídas, haz que sean espejo de la belleza divina. Dales el arrojo para hacer frente a los retos de nuestro tiempo y la gracia de llevar a los hombres la benevolencia y la humanidad de nuestro Salvador Jesucristo (cf. Tt 3, 4).


Diez catequesis de Juan Pablo II sobre la Santísima Trinidad en el siguiente enlace:
http://www.mercaba.org/FICHAS/TRINIDAD/diez_catequesis_de_juan_pablo_ii.htm


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martes, 25 de mayo de 2010

Juan Pablo II dos veces en Argentina

El 11 de junio de 1982 Juan Pablo II arribó a la Argentina, donde fue recibido por una multitud. "Vengo impulsado por el amor de Cristo", dijo al arribar al aeropuerto de Ezeiza.

El Sumo Pontífice fue recibido en la Catedral metropolitana y presidió una misa en la Basílica de Luján ante miles de fieles, donde bendijo la imagen de la Virgen y pidió la pacificación de los espíritus y la comprensión de los pueblos.

El 6 de abril de 1987 Juan Pablo II llegaba en una visita de una semana por segunda vez a la Argentina, tras permanecer siete días en Chile. El Papa había sido invitado por los episcopados de ambos países en agradecimiento por la mediación de Vaticano en el conflicto por el canal de Beagle.

En aquella ocasión, Juan Pablo II presidió el Encuentro Mundial de la Juventud y celebró en el Obelisco la misa del Domingo de Ramos para más de 750.000 fieles que lo vivaban: "Juan Pablo II, te quiere todo el mundo"

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Juan Pablo II en Argentina

sábado, 22 de mayo de 2010

Oración de Juan Pablo II al Espíritu Santo

Espíritu Santo, dulce huésped del alma, muéstranos el sentido profundo de la historia y prepara nuestro espíritu para celebrar la vida nueva con la fe, en la esperanza que no defrauda, en la caridad que no espera recompensa.

Espíritu de verdad, que conoces las profundidades de Dios, memoria y profecía de la Iglesia, dirige la humanidad para que reconozca en Jesús de Nazaret el Señor de la gloria, el Salvador del mundo, la culminación de la Historia.

Ven, Espíritu de amor y de paz.

Espíritu creador, misterioso artífice del Reino, guía la Iglesia con la fuerza de tus santos dones para vivir con valentía el nuevo milenio y llevar a las generaciones venideras la luz de la Palabra que salva.

Espíritu de santidad, aliento divino que mueve el universo, ven y renueva la faz de la tierra. Suscita en los cristianos el deseo de la plena unidad, para ser verdaderamente en el mundo signo e instrumento de la íntima unión con Dios y de la unidad del género humano.

Ven, Espíritu de amor y de paz.

Espíritu de comunión, alma y sostén de la Iglesia, haz que la riqueza de los carismas y ministerios contribuya a la unidad del Cuerpo de Cristo, y que los laicos, los consagrados y los ministros ordenados colaboren juntos en la edificación del único Reino de Dios.

Espíritu de consuelo, fuente inagotable de gozo y de paz, suscita solidaridad para con los necesitados, da a los enfermos el aliento necesario, infunde confianza y esperanza en los que sufren, acrecienta en todos el compromiso por un mundo mejor.

Ven, Espíritu de amor y de paz.

Espíritu de sabiduría, que iluminas la mente y el corazón, orienta el camino de la ciencia y la técnica al servicio de la vida, de la justicia y de la paz. Haz fecundo el diálogo con los miembros de otras religiones y que las diversas culturas se abran a los valores del Evangelio.

Espíritu de vida, por el cual el Verbo se hizo carne en el seno de la Virgen, mujer del silencio y de la escucha, haznos dóciles a las muestras de tu amor y siempre dispuestos a acoger los signos de los tiempos que Tú pones en el curso de la historia.

Ven, Espíritu de amor y de paz.

A ti, Espíritu de amor, junto al Padre omnipotente y el Hijo unigénito, alabanza, honor y gloria, por los siglos de los siglos. Amén

Juan Pablo II

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miércoles, 19 de mayo de 2010

Habla el médico de Juan Pablo II

En una entrevista concedida a L’Osservatore Romano, el doctor italiano Renato Buzzonetti, actual médico de Benedicto XVI, relata cómo era su relación y muchas de las vivencias con su querido predecesor, Juan Pablo II, desde que el Papa Peregrino decidiera que él estuviese a cargo de su salud en 1978. Recuerda, entre muchas otras cosas, algunos detalles del atentado del 13 de mayo de 1981, su disposición a abrazar al Señor en la cruz del dolor y los últimos momentos de su vida.

El galeno recuerda que tras las cinco horas de la intervención a la que tuvo que ser sometido luego de recibir la bala en la Plaza de San Pedro el 13 de mayo de 1981, Juan Pablo II le dijo: "Como Bachelet". A lo que él respondió: "no, Santidad, porque usted está vivo y vivirá".

Buzzonetti prosigue: "creo que citó aquel nombre porque fue muy tocado por el asesinato del vicepresidente del Consejo superior de la magistratura, muerto por las Brigadas Rojas el 12 de febrero de 1980: el Papa lo conocía porque, ya siendo Presidente General de la Acción Católica Italiana, era miembro del Pontificio Consejo para los Laicos, del cual el Cardenal Wojtyla había formado parte. Y por Victorio Bachelet quiso celebrar una solemne Misa de sufragio en San Pedro pocos días después de su muerte".

Tras resaltar la profunda e impactante espiritualidad del Papa polaco, el médico se refiere al Parkinson que lo afectó desde 1991. Le había explicado que el temblor en las manos "no había matado a ninguno antes" pero era una clara indicación de esta dolencia. "La vida del Papa fue luego más complicada por la sintomatología dolorosa osteo-articular, particularmente importante en la rodilla derecha, que le impedía a Juan Pablo II estar de pie y caminar ágilmente. Eran dos síntomas que, sumados y entrelazados, hicieron necesarios el uso del bastón, y posteriormente la silla de ruedas".

Ante el dolor y los impedimentos, cuenta Buzzonetti, Karol Wojtyla "nunca pidió sedantes, ni siquiera en la fase final. Era sobre todo el dolor de un hombre encerrado, postrado en una cama o una silla, que había perdido la autonomía física. No podía hacer nada solo y llegaron los días de total debilidad física: no podía caminar, no podía hablar más que con una voz muy débil, su respiración se hizo fatigosa y entrecortada, se nutría con creciente dificultad".

"Cuando llegó la hora de la cruz, supo abrazarla sin atenuantes: Vexilla regis prodeunt (a todo viento las banderas reales ondean)".

Seguidamente relata que un momento particularmente dramático de los últimos días del Papa peregrino fue el que siguió a la traqueotomía que tuvo que practicarle: "levantándose tras la anestesia, luego de haber dado su consentimiento, se dio cuenta de que no podía hablar. De improviso se encontró ante una realidad pesadísima. Sobre una pizarrita escribió ‘Qué me han hecho. Totus tuus (Todo tuyo, su lema mariano)’ Era la toma de conciencia de la nueva condición existencial en la que acababa de caer, de pronto sublimado por el acto de confianza en María".

Los últimos días de Juan Pablo II, que pasó en intensa comunión con él, fueron para Buzzonetti "de una tensión extrema por la gran responsabilidad que pesaba sobre mi espalda". "Yo y mis colegas constatábamos que la enfermedad estaba inexorablemente en la última fase de su curso. Nuestra batalla había sido conducida con paciencia, humildad y prudencia, extremadamente difícil porque sabíamos que concluiría con la derrota".

Renato Buzzonetti quiso alguna vez dejar de servir al Papa como su médico, pero no le aceptó la renuncia. "Es la voluntad del Santo Padre" que lo siga siendo, le dijo alguna vez el actual Arzobispo de Cracovia, Cardenal Stanislaw Dziwisz, cuando era secretario personal del Santo Padre, pedido que acogió con solicitud y obediencia.

Tras comentar que acompañaban con "respeto al hombre sufriente", subraya que "para el médico cristiano la agonía del hombre es la imagen del Señor. Todo hombre tiene sus llagas, porta su corona de espinas, balbucea sus últimas palabras, se abandona en las manos de alguno que inconscientemente renueva el gesto de María, de las pías mujeres, de José de Arimatea. La muerte de Juan Pablo II me involucró aún más".

Al finalizar la entrevista, el Dr. Renato Buzzonetti afirma que el tránsito del Papa Wojtyla "fue la muerte de un hombre despojado de todo, que había vivido las horas de la batalla y de la gloria y que se presentaba en su desnudez interior, pobre y solo, al encuentro de su Señor al que estaba por restituir las llaves del Reino. En aquella hora de dolor y estupor, tuve la sensación de encontrarme en las orillas del lago Tiberíades. La historia parecía reajustada, mientras Cristo estaba por llamar al nuevo Pedro".

ROMA, 18 May. 10 / 01:33 am (
ACI)
http://www.aciprensa.com:80/noticia.php?n=29606


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sábado, 15 de mayo de 2010

Un Magníficat escrito por Juan Pablo II

Adora, alma mía, la gloria de tu Señor,
el Padre de la gran Poesía, tan lleno de bondad.
Él fortificó mi juventud con ritmo admirado,
mi canto, en yunque de roble, ha forjado.
Resuena, alma mía, con la gloria de tu Señor,
Hacedor del Saber angelical, benévolo Hacedor.
Apuro hasta los bordes la copa de vino, con gratitud,
en Tu fiesta celestial –cual un siervo orante–,
porque embelesaste extrañamente mi juventud,
porque de un tronco de tilo tallaste una forma rozagante.
¡Tú eres el Maravilloso, el Escultor de santos tallados!
– Por mi camino hay muchos abedules y robles numerosos.
– Soy como un surco soleado, un campo sembrado,
como una arista joven y brusca de los Tatras rocosos.
Bendigo Tu sementera, en Oriente y en Occidente,
¡siembra, Labrador, tu tierra, con generosidad!
Que, por la nostalgia y la vida, la juventud incipiente
se vuelva un fecundo trigal, una luminosa ciudad.
Que te adore la felicidad, el misterio grandioso,
me hinchaste tanto el pecho con la voz cantante,
permitiste en el azul hundir mi pobre rostro
y mandaste a mis cuerdas melodías incesantes.
Porque en esta melodía, como Cristo has aparecido.
Mira delante –Eslavo– las luces sanjuaneras...
El santo roble no perdió las hojas, tu rey sigue vivo,
porque es amo de su pueblo y sacerdote, y así era.
Adora al Señor, alma mía, por la corazonada sigilosa,
por la primavera que entona los sentimientos góticos,
por la juventud ardiente, la copa de alegrías gozosas,
por el otoño similar a rastrojos y brezos melancólicos.
¡Adóralo por la poesía; por la alegría y el dolor!
La alegría de dominar el azul y el oro, la eterna morada,
porque en palabras se encarne el gozo, el gran ardor,
porque recoges esta madurez, esta cosecha segada.
El dolor es la tristeza vespertina de expresiones inefables,
cuando con el éxtasis ondeante nos abraza la Belleza,
Dios se inclina hacia el arpa –mas el rayo se quiebra
en la vertiente rocosa–, las palabras no tienen fuerza.
Faltan las palabras. Soy como un Ángel caído,
una figura en un pedregal, en un pedestal de mármol;
Tú le insuflaste nostalgia a la figura y brazos esculpidos,
por eso se alza, desea. De estos ángeles soy.
Y aún Te adoraré, porque en Ti está la hospitalidad,
premio por cada canto, el día de la idea santa
y la alegría –vuelta canto del himno a la maternidad,
y la palabra silenciosa de fidelidad–. ¡Elí más cabal!
Sé bendito, Padre, por la tristeza del ángel,
por la lucha del canto contra la mentira,
combate inspirado del alma
y aniquila en nosotros toda la mezquindad de la palabra,
quebrántala, y la forma,
como a un hombre mentecato que se jacta.
Ando por tus caminos –yo, el trovador eslavo–.
En solsticios toco música a muchachas y peones,
pero el canto de mi oración, con tonos modulados,
lo arrojo a Ti Único, a Ti en el trono de roble.
¡Sea bendito el cantar entre los cantares!
¡De mi alma y de la luz, benditos sean los sembrados!
¡Adora, alma mía, a Él, quien cubrió con creces
mi espalda con el terciopelo y el raso de los potentados!
Bendito tallador de santos, eslavo y profeta,
–apiádate de mí– soy recaudador de impuestos inspirado.
Adóralo, alma mía, con canto, cercana es la meta,
para que el himno quede sonoro y consumado.
Y que el himno sea: ¡Poesía! ¡Poesía!
La semilla añora como el alma que sufre brechas,
mis caminos sean sombreados de robles y acacias,
para que agraden a Dios las juveniles cosechas.
¡Libro Eslavo de Añoranzas! Al final sigue resonante,
como de coros de Resurrección, la primaveral música,
con el canto santo y virgen, con la poesía prosternante
y con el himno de humanidad, el Divino Magníficat.

miércoles, 12 de mayo de 2010

Juan Pablo II y la Virgen de Fátima

El 13 de mayo de 1981, festividad de la Virgen de Fátima, a las 5:19 pm el Papa Juan Pablo II sufrió un atentado en Roma.

Juan Pablo II, el Grande por muchos motivos, subido en el papamóvil, recorría la plaza de San Pedro, saludando y bendiciendo a una multitud de veinte mil personas que le aclamaban. De pronto, sonaron los disparos del arma de fuego que impactaron en el cuerpo del pontífice, que fue rápidamente llevado al Policlínico Gemelli, donde llegó en estado gravísimo. El homicida, el turco Alí Agca, fue detenido con las manos en la masa.

El 14 de mayo, tras una intervención quirúrgica de cinco horas y veinte minutos en el Gemelli, su secretario y amigo Stanislaw Dziwisz velaba a la cabecera de su cama. Un día antes, le había dado al Papa la Unción de los Enfermos. Sabía que la vida de Juan Pablo II pendía de un hilo.

Cuando recobró el conocimiento, don Stanislaw le hizo el relato de los acontecimientos de la víspera, y subrayó el hecho de que la fecha coincidiera con la primera aparición de la Virgen en Fátima, Portugal, el 13 de mayo de 1917, o sea 64 años exactos antes. Inmediatamente, el Papa pidió que le trajeran al hospital toda la documentación referente a las apariciones de la Virgen de Fátima.

Desde entonces la imagen de la Virgen de Fátima tiene en su corona la bala que fue extraída del vientre de Juan Pablo II. El 13 de junio de 1994 el Papa, reunido en Roma con los Cardenales de todo el mundo, dijo: «A mí se me ha dado comprender, de modo especial, el mensaje de la Virgen de Fátima la primera vez el 13 de mayo de 1981 en el momento del atentado a mi vida, y después de nuevo hacia final de la década de los ochenta con ocasión del hundimiento del comunismo en los países del bloque soviético. Pienso que se trata de una experiencia bastante transparente para todos».

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sábado, 8 de mayo de 2010

Mayo mes de María

Mayo es el mes que la piedad popular ha consagrado de modo especial al culto de la Virgen María. Al hablar de San José y de la Casa de Nazaret, el pensamiento se dirige espontáneamente a Aquella que, en esa Casa, fue durante años la esposa afectuosa y madre tiernísima, ejemplo incomparable de serena fortaleza y de confiado abandono. ¿Cómo no desear que la Virgen Santa entre también en nuestras casas, obteniendo con la fuerza de su intercesión materna, como dije en la Exhortación Apostólica "Familiaris consortio", que "cada familia cristiana pueda llegar a ser verdaderamente una 'pequeña Iglesia', en la que se refleje y reviva el misterio de la Iglesia de Cristo"? (n. 86)"

Para que esto suceda, es necesario que florezca nuevamente en las familias la devoción a María Santísima, especialmente mediante el rezo del Santo Rosario. El mes de mayo, puede ser la ocasión oportuna para reanudar esta hermosa práctica que tantos frutos de compromiso generoso y de consuelo espiritual ha dado a las generaciones cristianas, durante siglos.

Que el Rosario vuelva a las manos de los cristianos y se intensifique, con su ayuda, el diálogo entre la tierra y el Cielo, que es garantía de que persevere el diálogo entre los hombres mismos, hermanados bajo la mirada amorosa de la Madre común.

Juan Pablo II
en la meditación antes del rezo del Regina Caeli del 1 de mayo de 1982

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martes, 4 de mayo de 2010

Oración a María Madre del Redentor

Madre del Redentor
llenos de gozo
te proclamamos bienaventurada.
Dios Padre te eligió desde siempre
para realizar su designio de salvación.
Tú creíste en su amor
y obedeciste a su Palabra.
El Hijo de Dios te quiso como suya,
al hacerse hombre para salvar a la humanidad
Tú lo acogiste con solícita obediencia
y corazón indiviso.
El Espíritu Santo te amó
como a su esposa mística
y te colmó de dones singulares.
Tú te dejaste modelar dócil
a su acción escondida y poderosa.
Te confiamos la Iglesia
que te reconoce y te invoca como Madre.
Confórtala en las dificultades y en las pruebas.
A Ti, Madre del Redentor
encomendamos llenos de confianza
la humanidad entera con sus temores y esperanzas.
No permita que le falte la luz
de la verdadera sabiduría.
Guíala en la búsqueda de la libertad
y de la justicia para todos.
Dirige sus pasos por el camino de la paz.
Haz que todos encuentren a Cristo,
Camino, Verdad y Vida.
Sostén, oh Virgen María, nuestro caminar en la fe
y alcánzanos la gracia de la salvación eterna.
¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce
Madre de Dios y Madre nuestra, María!

Juan Pablo II


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sábado, 1 de mayo de 2010

Otro milagro de Juan Pablo II

Soy Claudia, de Mendoza, Argentina. Estoy casada con Pablo desde hace 17 años y tenemos 5 chicos, Agustín, Ignacio, Mariángeles, Juan Pablo y Felipe. Juan Pablo se llama así por Su Santidad y tiene 6 años, nació un año exacto antes que Juan Pablo II falleciera. A él le une un lazo especial al Papa, lo tiene muy presente en un cuadrito con su foto en la cabecera de su cama.

El pasado 28 de febrero de 2010, como Juan Pablo es muy inquieto, se trepó a unas rejas y se cayó. El golpe no tuvo señales de alarma (con 4 varones y las caídas que han tenido, ya sabemos reconocer si hay un problema), sólo hubo un pequeño llorido. Los días siguientes al golpe, Juan Pablo comenzó a tener cefaleas que se fueron intensificando en el tiempo.

El 19 de marzo se le hizo una tomografía computada y los resultados arrojaron que Juampi tiene un quiste aracnoideo congénito enorme, casi un tercio de su cabecita. El golpe hizo que se produjera un hematoma interno que comenzó a hacer presión sobre cerebro y sobre el quiste. Los resultados los obtuvimos el lunes 22 de marzo por la noche.

Juan Pablo se durmió a las 11.30 de la noche y mi esposo y yo en ese momento le encomendamos a Juan Pablo II la salud de Juampi. A las 11.33 hs. suena la Blackberry de mi marido con un mail con la foto de Juan Pablo II con la madre Teresa de Calcuta de la mano. Fue como una respuesta-señal de que su santidad nos había escuchado.

Comenzamos a controlar diariamente a Juampi con neurólogos, oftalmólogos, etc. hasta que la presión intracraneana comenzó a subir, a edematizar máculas. Les pedimos cadenas de oración de amigos, hermanos del movimiento de Schoenstatt, religiosas, sacerdotes, etc. contándoles a todos que estaba encomendado a Su Santidad.

Juampi fue operado el Jueves Santo pasado por el equipo de alta complejidad que acompaña al doctor Carlos Pesce del hospital Notti de Mendoza. Al abrir, salió un hematoma de 15 cms. de diámetro “encapsulado”, lo que hizo que la operación fuese muy rápida y para algunos un verdadero milagro. El quiste fue vaciado y quedó en su lugar, ya que no puede quedar una cavidad hueca en el cerebro. Luego de la operación Juampi estuvo 5 días en terapia intensiva y se recuperó tan rápido que de allí pasó directo a su casa, y luego de 20 días de reposo se ha reintegrado a sus actividades habituales incluído el colegio.

Cuando leí el testimonio que aparece en tu Blog del ex-peluquero de Juan Pablo, me estremeció saber que su milagro también fue a partir de la misma foto de su santidad con la Madre Teresa.

Un saludo grande

Claudia Gómez de Pérez Burgos
Godoy Cruz – Mendoza – Argentina