sábado, 29 de septiembre de 2012

Los Ángeles en la historia de la salvación


Es oportuno notar que la Iglesia honra con culto litúrgico a tres figuras de ángeles, que en la Sagrada Escritura se les llama con un nombre.

El primero es Miguel Arcángel (Cfr. Dan 10, 13.20; Ap 12, 7; Jdt. 9). Su nombre expresa sintéticamente la actitud esencial de los espíritus buenos: 'Mica-El' significa, en efecto: '¿quien como Dios?'. En este nombre se halla expresada, pues, la elección salvífica gracias a la cual los ángeles 'ven la faz del Padre' que está en los cielos.

El segundo es Gabriel: figura vinculada sobre todo al misterio de la Encarnación del Hijo de Dios (Cfr. Lc 1, 19. 26). Su nombre significa: 'Mi poder es Dios' o 'Poder de Dios', como para decir que en el culmen de la creación, la Encarnación es el signo supremo del Padre omnipotente.

Finalmente el tercer arcángel se llama Rafael. "Rafa-El” significa: 'Dios cura', Él se ha hecho conocer por la historia de Tobías en el antiguo Testamento (Cfr. Tob 12, 50. 20, etc.), tan significativa en el hecho de confiar a los ángeles los pequeños hijos de Dios, siempre necesitados de Custodia, cuidado y protección.

Reflexionando bien se ve que cada una de estas tres figuras: Mica-El, Gabri-El, Rafa-El reflejan de modo particular la verdad contenida en la pregunta planteada por el autor de la Carta a los Hebreos: '¿No son todos ellos espíritus administradores, enviados para servicio en favor de los que han de heredar la salvación?' (1, 14).

Puedes leer una catequesis del Beato Juan Pablo II sobre “La misión de los Ángeles” haciendo clic acá.

Beato Juan Pablo II
Audiencia General . Miércoles 6 de agosto de 1986
.

miércoles, 26 de septiembre de 2012

¡Ahí está Jesús!


En su última celebración del Corpus Domini que presidió en 2004, el Papa ya no podía andar, de forma que hubo que fijar su silla a la plataforma del vehículo dispuesto para la procesión. Delante de él, sobre el reclinatorio, se exhibía el ostensorio con el Santísimo Sacramento.

Poco después de la partida, Juan Pablo II se dirigió a uno de los maestros de ceremonias y le preguntó si podía arrodillarse. Con delicadeza, éste le explicó que era demasiado arriesgado, dado que el recorrido era bastante accidentado y eso menguaba la estabilidad del vehículo. Pasados unos minutos el Papa repitió:

- Quiero arrodillarme.

Le respondieron que esperase a que el trayecto fuese mejor. Unos instantes después exclamó resuelto, casi gritando:

- ¡Ahí está Jesús! ¡Por favor!

 Dado que no era posible contradecirlo, los dos maestros de ceremonias lo ayudaron a arrodillarse en el reclinatorio. Como no lograba sostenerse con las piernas, el Papa intentó sujetarse aferrándose al borde de aquel, pero, casi de inmediato, tuvieron que sentarlo de nuevo en la silla. Pese a que el cuerpo ya no le respondía, su firmeza y entereza de ánimo seguía intacta.
.

sábado, 15 de septiembre de 2012

María...


María es la Virgen Madre de Dios y de los hombres, no sólo es un modelo que se debe imitar, sino también una dulce presencia de Madre y Hermana en la que se puede confiar.

María es la Virgen que escucha: escucha con toda la profundidad de su naturaleza humana. Ella, la “llena de gracia”, también es capaz de comprender a fondo y acoger con docilidad la palabra del mensaje divino.

María es la Virgen que pregunta: pregunta para poder comprender y acoger la Palabra de Dios en toda su plenitud. Pregunta para hacer de lo que escucha la verdad de su vocación, para que se convierta en su elección en el momento presente y para el resto de su vida.

María pregunta porque es humilde: se encontró de repente ante la infinita majestad del Altísimo, el tres veces Santo, y por ello pregunta, para conocer hasta el fondo la voluntad de Dios, deseando de ese modo entenderse a sí misma en la palabra que le dirige el mensajero divino.

María es obediente: “He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra”. “¡Feliz la que ha creído!” Mediante la obediencia de la fe, una oculta y desconocida Virgen de Nazaret acepta totalmente el plan salvífico y comienza así a preceder a cuantos emprendiendo el mismo camino de fe, se convierten, en Cristo, en hijos adoptivos del Padre.

María es el ejemplo de ese culto espiritual, que consiste en hacer de la propia vida una ofrenda al Señor. Su fiat, aceptando la realización de la Encarnación, fue luego permanente y definitivo en su vida; por lo mismo, nos manifiesta una actitud ejemplar para todos los seguidores de Jesús, que se precian de adorar al Padre en espíritu y en verdad (cf. Jn 4, 24). Cuando saludamos a María como la “llena de gracia” (cf Lv 1, 28), debe brotar en nuestros corazones el deseo eficaz de vernos adornados y enriquecidos con el tesoro de la gracia y de la amistad divinas. Como María llevó en su seno al Salvador, así también nosotros debemos llevarlo espiritualmente en nuestro corazón.

María es la Mujer del silencio y de la oración, invocada como Madre de la misericordia, Madre de la esperanza y de la gracia.

María es la Todo Hermosa, a la que el Altísimo revistió con su poder; Tú eres la Toda Santa, a la que Dios preparó como su intacta morada de gloria.

Beato Juan Pablo II
.

martes, 11 de septiembre de 2012

Invocación a María


María, figura de la Iglesia, Esposa sin arruga y sin mancha, que imitándote «conserva virginalmente la fe íntegra, la esperanza firme y el amor sincero»  sostiene a las personas consagradas en el deseo de llegar a la eterna y única Bienaventuranza.

Las encomendamos a Ti, Virgen de la Visitación, para que sepan acudir a las necesidades humanas con el fin de socorrerlas, pero sobre todo para que lleven a Jesús. Enséñales a proclamar las maravillas que el Señor hace en el mundo, para que todos los pueblos ensalcen su nombre. Sostenlas en sus obras en favor de los pobres, de los hambrientos, de los que no tienen esperanza, de los últimos y de todos aquellos que buscan a Tu Hijo con sincero corazón.

A Ti, Madre, que deseas la renovación espiritual y apostólica de tus hijos e hijas en la respuesta de amor y de entrega total a Cristo, elevamos confiados nuestra súplica. Tú que has hecho la Voluntad del Padre, disponible en la obediencia, intrépida en la pobreza y acogedora en la virginidad fecunda, alcanza de Tu Divino Hijo, que cuantos han recibido el don de seguirlo en la vida consagrada, sepan testimoniarlo con una existencia transfigurada, caminando gozosamente, junto con todos los otros hermanos y hermanas, hacia la Patria Celestial y la Luz que no tiene ocaso.

Beato Juan Pablo II
.

viernes, 7 de septiembre de 2012

Oración del Beato Juan Pablo II en la Fiesta Litúrgica de la Natividad de la Virgen María


¡Oh Virgen naciente,
esperanza y aurora de salvación para todo el mundo, vuelve benigna tu mirada materna hacia todos nosotros, reunidos aquí para celebrar y proclamar tus glorias!

¡Oh Virgen fiel,
que siempre estuviste dispuesta y fuiste solícita para acoger, conservar y meditar la Palabra de Dios, haz que también nosotros, en medio de las dramáticas vicisitudes de la historia, sepamos mantener siempre intacta nuestra fe cristiana, tesoro precioso que nos han transmitido nuestros padres!

¡Oh Virgen potente,
que con tu pie aplastaste la cabeza de la serpiente tentadora, haz que cumplamos, día tras día, nuestras promesas bautismales, con las cuales hemos renunciado a satanás, a sus obras y a sus seducciones, y que sepamos dar en el mundo un testimonio alegre de esperanza cristiana!

¡Oh Virgen clemente,
que abriste siempre tu Corazón materno a las invocaciones de la humanidad, a veces dividida por el desamor y también, desgraciadamente, por el odio y por la guerra, haz que sepamos siempre crecer todos, según la enseñanza de tu Hijo, en la unidad y en la paz, para ser dignos hijos del único Padre celestial!

Amén.

Beato Juan Pablo II
8 de Setiembre de 1980
.

martes, 4 de septiembre de 2012

Juan Pablo II con la Madre Teresa en Calcuta


Es conocida la admiración que Juan Pablo II sintió ante la figura y la obra de la Madre Teresa de Calcuta. El Papa siempre destacó el testimonio de la entrega a los más necesitados de la fundadora de las Misioneras de la Caridad, como muestran estas palabras del Papa en el primer aniversario de la muerte de la Madre Teresa:

"Hace exactamente un año, la tarde del 5 de septiembre, moría en Calcuta la madre Teresa. Su recuerdo sigue vivo en el corazón de cada uno de nosotros, en toda la Iglesia y en el mundo entero. Esta pequeña mujer, de familia humilde, realizó una obra admirable con la fuerza de la fe en Dios y del amor al prójimo" (1998).

En 1986 la Madre Teresa recibió la visita de Juan Pablo II en la Nirmal Hidray o Casa del Corazón Puro, fundada por ella y más conocida en Calcuta como la Casa del Moribundo. El siguiente vídeo es un recuerdo valioso de aquel momento histórico:


.

sábado, 1 de septiembre de 2012

Posición del Beato Juan Pablo II ante el aborto


"El Magisterio pontificio más reciente ha reafirmado con gran vigor esta doctrina común. En particular, Pío XI en la Encíclica Casti connubii rechazó las pretendidas justificaciones del aborto; Pío XII excluyó todo aborto directo, o sea, todo acto que tienda directamente a destruir la vida humana aún no nacida, «tanto si tal destrucción se entiende como fin o sólo como medio para el fin» (1); Juan XXIII reafirmó que la vida humana es sagrada, porque «desde que aflora, ella implica directamente la acción creadora de Dios» (2). El Concilio Vaticano II, como ya he recordado, condenó con gran severidad el aborto: «se ha de proteger la vida con el máximo cuidado desde la concepción; tanto el aborto como el infanticidio son crímenes nefandos» (3).

La disciplina canónica de la Iglesia, desde los primeros siglos, ha castigado con sanciones penales a quienes se manchaban con la culpa del aborto y esta praxis, con penas más o menos graves, ha sido ratificada en los diversos períodos históricos. El Código de Derecho Canónico de 1917 establecía para el aborto la pena de excomunión. También la nueva legislación canónica se sitúa en esta dirección cuando sanciona que «quien procura el aborto, si éste se produce, incurre en excomunión latae sententiae» (4), es decir, automática. La excomunión afecta a todos los que cometen este delito conociendo la pena, incluidos también aquellos cómplices sin cuya cooperación el delito no se hubiera producido: con esta reiterada sanción, la Iglesia señala este delito como uno de los más graves y peligrosos, alentando así a quien lo comete a buscar solícitamente el camino de la conversión. En efecto, en la Iglesia la pena de excomunión tiene como fin hacer plenamente conscientes de la gravedad de un cierto pecado y favorecer, por tanto, una adecuada conversión y penitencia.

Ante semejante unanimidad en la tradición doctrinal y disciplinar de la Iglesia, Pablo VI pudo declarar que esta enseñanza no había cambiado y que era inmutable. Por tanto, con la autoridad que Cristo confirió a Pedro y a sus Sucesores, en comunión con todos los Obispos —que en varias ocasiones han condenado el aborto y que en la consulta citada anteriormente, aunque dispersos por el mundo, han concordado unánimemente sobre esta doctrina—, declaro que el aborto directo, es decir, querido como fin o como medio, es siempre un desorden moral grave, en cuanto eliminación deliberada de un ser humano inocente. Esta doctrina se fundamenta en la ley natural y en la Palabra de Dios escrita; es transmitida por la Tradición de la Iglesia y enseñada por el Magisterio ordinario y universal.

Ninguna circunstancia, ninguna finalidad, ninguna ley del mundo podrá jamás hacer lícito un acto que es intrínsecamente ilícito, por ser contrario a la Ley de Dios, escrita en el corazón de cada hombre, reconocible por la misma razón, y proclamada por la Iglesia"

(1) Discurso a la Unión médico-biológica «S. Lucas» (12 noviembre 1944): Discorsi e radiomessaggi, VI, (1944-1945),191; cf, Discurso a la Unión Católica Italiana de Comadronas (29 octubre 1951), 2: AAS 43 (1951), 838.
(2) Carta enc. Mater et Magistra (15 mayo 1961), 3: AAS 53 (1961), 447.
(3) Const. past. Gaudium et spes, sobre la Iglesia en el mundo actual, 51.
(4) Cf. Código de Derecho Canónico, Can. 2350, § 1

Blog "Está vivo"
.