Un día como hoy de hace nueve años atrás fallecía el papa
Juan Pablo II. Mientras en una plaza de San Pedro y por cadena televisiva miles
o millones rezaban el Santo Rosario por él, era él quien pasaba a interceder
por quienes estaban rezando. Las manifestaciones de fe fueron impresionantes,
todos recuerdan las imágenes de los miles de personas que se congregaron e
hicieron interminables filas en vía de la Conciliazione para una última
despedida y los carteles y coros de 'Santo enseguida”.
Benedicto XVI indicó que no tenía dudas sobre el 'santo
súbito' si bien había algunas etapas canónicas que eran necesarias seguir. El
28 de abril siguiente Benedicto XVI concedió la dispensa del plazo de cinco
años de espera después de la muerte requerido por el derecho canónico para
iniciar el proceso de beatificación.
El 2 de abril de 2007, dos años después de su muerte,
concluyó la fase diocesana del proceso de beatificación, y el 1 de mayo de 2011
fue declarado beato. Este próximo 27 de abril concluye el proceso de
canonización de Juan Pablo II con una ceremonia en la plaza de San Pedro,
presidida por el papa Francisco que declarará santo también a Juan XXIII.
A continuación
unas breves frases de las noticias de esa noche.
CIUDAD DEL VATICANO, sábado, 2 abril 2005 (ZENIT.org).-
En la noche de este sábado, el director de la Oficina de Prensa de la Santa,
Joaquín Navarro-Valls, publicó este comunicado, después de que el arzobispo
Leonardo Sandri, anunciara en la plaza de San Pedro el fallecimiento de Juan
Pablo II. “El Santo Padre ha fallecido esta noche a las 21,37 horas en su
apartamento privado. Se han puesto en marcha todos los procedimientos previstos
en la constitución apostólica «Universi Dominici Gregis», promulgada por Juan
Pablo II el 22 de febrero de 1996”.
CIUDAD DEL VATICANO, sábado, 2 abril 2005 (ZENIT.org).-
Publicamos una segunda declaración emitida por Joaquín Navarro-Valls tras el
fallecimiento de Juan Pablo II. “El Santo
Padre ha fallecido esta noche a las 21,37 horas en su apartamento privado. A
las 20,00 había comenzado la celebración de la santa misa de la fiesta de la
Divina Misericordia, en la habitación del Santo Padre, presidida por el
arzobispo Stanislaw Dziwisz con la participación del cardenal Marian Jaworski,
del arzobispo Stanislaw Rylko y de monseñor Mieczyslaw Mokrzycki. Durante la
santa misa se le administró a Juan Pablo II el santo viático y, una vez más, el
sacramento de la Unción de los Enfermos. Las últimas horas del Santo Padre se
caracterizaron por la constante oración de todos los que le asistían en el pío
tránsito y por la participación en la oración de miles de fieles congregados
desde hacía muchas horas en la Plaza de San Pedro”.
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