1.-
En sus tiempos de interpretación teatral, era el que salvaba la situación con
su memoria prodigiosa.
Todos sabemos que San Juan Pablo II sentía
una fuerte pasión por el teatro y la literatura en general, ya incluso desde
que era un adolescente. Pero lo que no sabíamos es que una vez salvó la
situación con su increíble memoria. Uno de los personajes en una producción
se dio de baja dos días antes del estreno y no disponían de suplentes en aquel
momento. La poderosa mente del joven Karol
simplemente había memorizado el papel de todos los personajes durante los
ensayos, y se ofreció a interpretar dos personajes.
2.-
En sus acampadas con el grupo de gente joven, acostumbraba a leer “Cartas del
Diablo a su Sobrino” de CS Lewis junto al fuego de campamento.
Al Padre Wojtyla le encantaba pasar
tiempo con los jóvenes en actividades al aire libre durante su tiempo de
párroco en Polonia; y más tarde como Cardenal siguió manteniendo esa costumbre.
Esas salidas tenían que ser clandestinas ya que estaban prohibidas por los
dirigentes comunistas. Iban a descender el río en Kayak, o a practicar
montañismo, llegando a celebrar misas en una canoa vuelta del revés. Parece ser que alrededor del fuego
durante las veladas nocturnas cantaban textos de poetas y escritores en general
y leían textos sacados de algunos de esos libros, incluyendo el clásico “Cartas
del Diablo a su Sobrino” (publicada por primera vez en 1942).
3.-
Irónicamente, los comunistas “querían” que fuese arzobispo de Cracovia.
Aunque el gobierno comunista permitía a
la iglesia polaca nombrar a los candidatos a la sede vacante, el gobierno se
reservaba el derecho a veto sobre cualquier candidato que no le interesase. Continuaron con su censura a los candidatos hasta que consiguieron situar a su
hombre: Karol Wojtyla. Imaginemos ese momento incómodo cuando
el hombre que ellos mismos han seleccionado se convierte en Papa y después
regresa a Polonia a derrocar el comunismo. Probablemente el mayor ejemplo de
minusvalorar a alguien en la historia de los fracasos.
4.-
Removió una montaña de excrementos con la pala.
A JP II nunca se le cayeron los anillos
por trabajar en trabajos duros, o sucios, o a la hora de realizar los trabajos
más bajos. Poco después que el poder cambiara de manos
en Polonia de los nazis a los comunistas, Karol y sus compañeros seminaristas
pudieron volver al seminario, que había caído en un estado físico deplorable y
necesitaba arreglos patentes. Las cañerías se habían congelado, y las letrinas
se encontraban en un estado de profundo caos. Había que picar montañas de
excrementos helados con palas y transportados en carretas lejos de ahí.
5.-
Continuó con la práctica del esquí hasta que tuvo 73 años.
Una historia famosa es la de un niño de
8 años que se encontró con JPII en la pista de esquí. Hicieron un par de
bajadas juntos, y la madre del niño no quería dar crédito a que su imaginativo
hijo hubiera estado esquiando con el Papa, hasta que el niño se lo presentó.
6.-
Viajó a la luna tres veces durante su vida.
Bueno, la misma distancia, al menos:
¡1.140.000 km! El hombre tenía una misión, y sentía que su llamada como pastor
de la iglesia universal implicaba salir a los caminos y reunirse con su rebaño
universal. “¿No se supone que debo ser el papa de todo el mundo?”, solía decir.
7.-
¿Cuál fue “el día más feliz de su vida”?
Según él mismo, ése fue el día en que
canonizó a la hermana Faustina como la primera santa del milenio. Su devoción a la Divina Misericordia fue
uno de los temas centrales de su vida, algo muy cercano y muy querido para su
corazón, especialmente como polaco que era. “No hay nada que el hombre necesite
más que la Divina Misericordia”.
8.-
Realizó un par de movimientos a lo James Bond para eludir a la policía secreta.
Cuando fue obispo en Polonia durante el
dominio comunista, la policía secreta estaba constantemente grabando
furtivamente sus conversaciones y estudiando sus movimientos. Cuando llegó a
convertirse en Papa habían ya recopilado informes sobre su persona que llenaban
18 cajas de archivo. En una ocasión en que el arzobispo
necesitaba tener una reunión secreta con Karol, el chófer de Wojtyla montó una
pequeña y peligrosa escena en medio del tráfico que hizo perder a los
perseguidores de vista. Rápidamente Karol cambió de coche sin que nadie se
percatara y así pudo reunirse con el arzobispo en paz.
9.-
Los royalties de sus libros construyeron iglesias en Yugoslavia.
San Juan Pablo II, durante toda su vida fue
un "regalador". Se regaló a sí mismo y regaló su tiempo y su talento. Como botón de muestra, tras publicar
"Cruzando el umbral de la esperanza", que vendió millones de copias,
ofreció los primeros royalties para reconstruir iglesias destruidas en el
conflicto de Yugoslavia. También se sabe que regaló las ropas
nuevas que le compraron y se quedó con las viejas.
10.-
Recibió el sacramento de la reconciliación del padre Pío.
En 1947, el Padre Wojtyla visitó al
Padre Pío, y éste le oyó en confesión. El Papa Juan Pablo II le canonizaría 55
años después.
11.-
Su predecesor Juan Pablo I dijo lo siguiente:
“Mi nombre es Juan Pablo I. Solamente
estaré con vosotros un tiempo corto. El segundo ya está en camino”
12.-
Era el Rey de la multi-tarea.
San Juan Pablo II tenía una ética laboral
increíble, y uno de sus secretarios le describió como un “volcán de energía”.
Era habitual en él trabajar entre 12 y 16 horas diarias. Tenía el don de la
“concentración dividida”. Muchas personas contaban cómo podía tener una
conversación completa con ellos mientras estaba leyendo, y aun así estar plenamente
entregado. Algunas veces se cansaba en las reuniones si no trabajaba en algo
más al mismo tiempo. De hecho, durante el Concilio Vaticano II escribió todo
tipo de libros y poemas.
13.-
Leía a Marx durante el Cónclave.
De hecho la necesidad de dedicarse a
múltiples tareas simultáneamente era tan acuciante, tal era la necesidad de
constantemente alimentar su intelecto, que incluso se llevaba material de
lectura a las sesiones del cónclave poco después de su propia elección. Y de
todos los libros que uno puede leer… leía literatura marxista. Como dijo en una
ocasión a un amigo, “si quieres llegar a conocer a tu enemigo, tienes que
conocer lo que ha escrito”.
14.-
Una audiencia de 300.000 personas le aplaudió durante 14 minutos sin
interrupción.
Durante el momento clave que representó
su viaje a Polonia como Papa en 1979, JP II celebró la misa de Pentecostés en
la plaza de la Victoria de Varsovia para una multitud de 300.000 almas. En un
momento concreto el aplauso entusiasta duró 14 minutos sin interrupción.
15.-
Si se recopila todo lo que escribió, equivaldría al contenido de 20 Biblias.
Su media superaba las 3.000 páginas
anuales, y solamente durante el tiempo en que fue papa.
16.-
Fue el primer papa en pisar una mezquita.
Su amor hacia la persona humana se
extendía más allá de los confines de la Iglesia Católica, hacia todas las
religiones, razas y lenguas.
17.-
Una figura envuelta en un abrigo largo, con capucha negra, saliendo a
hurtadillas por la puerta trasera del Vaticano.
San Juan Pablo II era uno de esos líderes
que se deslizaría con sigilo para no ser notado por sus guardias de seguridad
mientras salía de casa. A menudo estas excursiones servían para conseguir un
poco de solaz en las montañas o para ir a esquiar. Con lo ocupado que andaba el
hombre, entendió la necesidad del equilibrio y la diversión.
18.-
De vez en cuando le gustaba reírse un poco de su persona.
En una ocasión alguien pudo oír la
siguiente conversación:
JP II: “La música es extraordinariamente
útil para la oración. Como decía San Agustín, “el que canta, reza por partida
doble”.”
Amigo: “¿Cantaba usted bien, Santo
Padre?”
JP II: “Cuando era yo el que cantaba,
era más propio decir que rezaba una sola vez.”
19.-
Conocía a los más de 2.000 obispos del mundo por su nombre.
Guardaba un mapa en el que marcaba cada
diócesis del mundo, y conocía a cada uno de sus obispos de memoria. Su memoria
no estuvo limitada a los líderes de la Iglesia. La guardia suiza, los
seminaristas, y conocidos esporádicos que apenas había tratado se sorprendían
por los detalles pequeños que recordaba de ellos años más tarde.
1 comentario:
Inolvidable S. Juan Pablo II ��
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