miércoles, 24 de febrero de 2010

Testimonio de otra curación por Juan Pablo II

Mi nombre es Gonzalo Cantos, actualmente de 76 años de edad. En Agosto 12 del año 2006, fui diagnosticado con "cáncer a la próstata" por el Urólogo Dr. Erick Diamond en Long Island, New York.

Comencé un tratamiento de 48 radiaciones consecutivas, 1 diaria en el Memorial Sloan-Kettering Cáncer Center at Mercy Medical Center en New York y desde el primer momento me encomendé al Papa Juan Pablo II, para que me curara del cáncer y que no me hiciera sentir los efectos secundarios de las radiaciones que eran muchas y así fue.

Habíamos en ese Hospital unos 12 pacientes con este tratamiento de radiaciones, 11 de estos pacientes sentían molestias secundarias y de diferentes índole y yo en los 48 días y después de mucho tiempo nunca sentí ninguna molestia ni efecto secundario y esto lo digo basado en la verdad.

Mi esposa, hijos y nietos rezaban igualmente al Papa Juan Pablo II, para que me cure del cáncer a la próstata. Por razones personales me vine a vivir a Miami, donde todavía es mi residencia y con el Urólogo Dr. Jack A. Pines, comenzamos un tratamiento con una inyección de "Lupron" cada 3 meses, advirtiéndome que este tratamiento tenia efectos secundarios superiores a los de "las radiaciones" y yo, gracias a mis ruegos y los de mi familia a Juan Pablo II, igualmente nunca sentí ningún síntoma, y en Diciembre del 2009 en el último examen del PSA, ya no habían vestigios del cáncer a la próstata y todo esto apoyado por exámenes como "scan” a los huesos y a la pelvis.

A un primo-hermano mío y de mi misma edad, le detectaron casi al mismo tiempo mío "cáncer a la próstata"; él también recibió las radiaciones y está recibiendo las inyecciones de Lupron y por desgracia su cáncer todavía esta muy activo.

Mi curación es un milagro concedido por el Papa Juan Pablo II a mi persona. Yo nunca dejé de difundir lo milagroso que es Juan Pablo II y difundí la fe hacia él y aun que todavía no es oficialmente nombrado como Santo por el Vaticano, para nosotros y especialmente para mi, sí es un Santo.

Yo mandé a imprimir unas 200 copias con la foto y la Oración del Papa Juan Pablo II y las repartí entre mis familiares cercanos, lejanos, amistades y algunas Iglesia cerca a mi residencia y se de algunos milagros que por medio de Juan Pablo II les ha concedido y si fuese necesario tengo los nombres y pruebas de las personas, que atribuyen esos milagros a Juan Pablo II.

Tengo documentado todo lo referente al cáncer de la próstata, en caso que sea necesario.

Gonzalo Cantos
Miami, Florida, USA
Febrero 23/2010
Gonysa@aol.com

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lunes, 22 de febrero de 2010

Mensaje Cuaresmal : La Ancianidad

Mensaje del Santo Padre Juan Pablo II - Cuaresma 2005

¡Queridos Hermanos y Hermanas!

1. Cada año, la Cuaresma nos propone un tiempo propicio para intensificar la oración y la penitencia y para abrir el corazón a la acogida dócil de la voluntad divina. Ella nos invita a recorrer un itinerario espiritual que nos prepara a revivir el gran misterio de la muerte y resurrección de Jesucristo, ante todo mediante la escucha asidua de la Palabra de Dios y la práctica más intensa de la mortificación, gracias a la cual podemos ayudar con mayor generosidad al prójimo necesitado.

Es mi deseo proponer este año a vuestra atención, amados Hermanos y Hermanas, un tema de gran actualidad, ilustrado apropiadamente por estos versículos del libro del Deuteronomio: “En Él está tu vida, así como la prolongación de tus días” (Dt 30,20). Son palabras que Moisés dirige al pueblo invitándolo a estrechar la alianza con el Señor en el país de Moab, “Escoge la vida, para que vivas, tú y tu descendencia, amando al Señor tu Dios, escuchando su voz, viviendo unido a Él” (Dt 30, 19-20). La fidelidad a esta alianza divina, constituye para Israel una garantía de futuro, “mientras habites en la tierra que el Señor juró dar a tus padres Abrahán, Isaac y Jacob” (Dt 30,20). Llegar a la edad madura es, en la visual bíblica, signo de la bendición y de la benevolencia del Altísimo. La longevidad se presenta de este modo, como un especial don divino.

Desearía que durante la Cuaresma pudiéramos reflexionar sobre este tema. Ello nos ayudará a alcanzar una mayor comprensión de la función que las personas ancianas están llamadas a ejercer en la sociedad y en la Iglesia, y, de este modo, disponer también nuestro espíritu a la afectuosa acogida que a éstos se debe. En la sociedad moderna, gracias a la contribución de la ciencia y de la medicina, estamos asistiendo a una prolongación de la vida humana y a un consiguiente incremento del número de las personas ancianas. Todo ello solicita una atención más específica al mundo de la llamada "tercera edad”, con el fin de ayudar a estas personas a vivir sus grandes potencialidades con mayor plenitud, poniéndolas al servicio de toda la comunidad. El cuidado de las personas ancianas, sobre todo cuando atraviesan momentos difíciles, debe estar en el centro de interés de todos los fieles, especialmente de las comunidades eclesiales de las sociedades occidentales, donde dicha realidad se encuentra presente en modo particular.

2. La vida del hombre es un don precioso que hay que amar y defender en cada fase. El mandamiento "No matarás", exige siempre el respeto y la promoción de la vida, desde su principio hasta su ocaso natural. Es un mandamiento que no pierde su vigencia ante la presencia de las enfermedades, y cuando el debilitamiento de las fuerzas reduce la autonomía del ser humano. Si el envejecimiento, con sus inevitables condicionamientos, es acogido serenamente a la luz de la fe, puede convertirse en una ocasión maravillosa para comprender y vivir el misterio de la Cruz, que da un sentido completo a la existencia humana.

Es en esta perspectiva que el anciano necesita ser comprendido y ayudado. Deseo expresar mi estima a cuantos trabajan con denuedo por afrontar estas exigencias y os exhorto a todos, amadísimos hermanos y hermanas, a aprovechar esta Cuaresma para ofrecer también vuestra generosa contribución personal. Vuestra ayuda permitirá a muchos ancianos que no se sientan un peso para la comunidad o, incluso, para sus propias familias, y evitará que vivan en una situación de soledad, que los expone fácilmente a la tentación de encerrarse en sí mismos y al desánimo.

Hay que hacer crecer en la opinión pública la conciencia de que los ancianos constituyen, en todo caso, un gran valor que debe ser debidamente apreciado y acogido. Deben ser incrementadas, por tanto, las ayudas económicas y las iniciativas legislativas que eviten su exclusión de la vida social. Es justo señalar que, en las últimas décadas, la sociedad está prestando mayor atención a sus exigencias, y que la medicina ha desarrollado terapias paliativas que, con una visión integral del ser humano, resultan particularmente beneficiosas para los enfermos.

3. El mayor tiempo a disposición en esta fase de la existencia, brinda a las personas ancianas la oportunidad de afrontar interrogantes existenciales, que quizás habían sido descuidados anteriormente por la prioridad que se otorgaba a cuestiones consideradas más apremiantes. La conciencia de la cercanía de la meta final, induce al anciano a concentrarse en lo esencial, en aquello que el paso de los años no destruye.

Es precisamente por esta condición, que el anciano puede desarrollar una gran función en la sociedad. Si es cierto que el hombre vive de la herencia de quien le ha precedido, y su futuro depende de manera determinante de cómo le han sido transmitidos los valores de la cultura del pueblo al que pertenece, la sabiduría y la experiencia de los ancianos pueden iluminar el camino del hombre en la vía del progreso hacia una forma de civilización cada vez más plena.

¡Qué importante es descubrir este recíproco enriquecimiento entre las distintas generaciones! La Cuaresma, con su fuerte llamada a la conversión y a la solidaridad, nos ayuda este año a reflexionar sobre estos importantes temas que atañen a todos. ¿Qué sucedería si el Pueblo de Dios cediera a una cierta mentalidad actual que considera casi inútiles a estos hermanos nuestros, cuando merman sus capacidades por los achaques de la edad o de la enfermedad? ¡Qué diferentes serán nuestras comunidades si, a partir de la familia, trataremos de mantenernos siempre con actitud abierta y acogedora hacia ellos!

4. Queridos Hermanos y Hermanas, durante la Cuaresma, ayudados por la Palabra de Dios, meditemos cuán importante es que cada comunidad acompañe con comprensión y con cariño a aquellos hermanos y hermanas que envejecen. Además, todos debemos acostumbrarnos a pensar con confianza en el misterio de la muerte, para que el encuentro definitivo con Dios acontezca en un clima de paz interior, en la certeza que nos acogerá Aquel "que me ha tejido en el vientre de mi madre" (Sal 139,13b), y nos ha creado "a su imagen y semejanza" (Gn l, 26).

María, nuestra guía en el itinerario cuaresmal, conduzca a todos los creyentes, especialmente a las personas ancianas, a un conocimiento cada vez más profundo de Cristo muerto y resucitado, razón última de nuestra existencia. Ella, la fiel sierva de su divino Hijo, junto a Santa Ana y a San Joaquín, intercedan por cada uno de nosotros “ahora y en la hora de nuestra muerte."

Con afecto os imparto mi Bendición.

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sábado, 6 de febrero de 2010

Sanada por Juan Pablo II

Mi nombre es Verónica Viñas; mi esposo, Roberto Bilbao. Vivimos en General Las Heras, Provincia de Buenos Aires. En mayo del año pasado nuestra hija Carolina (entonces de 12 años) comienza con períodos de fiebre. La tratan por gripe, luego por infección urinaria, hasta que al fin nos piden que realicemos una consulta hematológica. Como madre, presiento desde los primeros momentos que algo más grave se aproxima.

Desesperada, busco entre mis papeles la hoja de diario que había guardado con las últimas dolorosas imágenes en Pascua del querido Juan Pablo II, pues las tenía justamente porque su santidad me conmovía especialmente.

Merced a la Divina Providencia acudimos a un médico hematólogo, que sin saberlo nosotros era el Jefe de Hemato-Oncología pediátrica del Hospital Italiano, Dr. Eduardo Dibar. El 13 de julio tuvimos el diagnóstico: leucemia bifenotípica aguda. Ese mismo día quedó internada en dicho hospital, a la semana comenzó con 8 días de quimioterapia.

Todos los días rezamos con gran devoción, con plena confianza en nuestro Señor, pidiendo a Juan Pablo II su intercesión ante la Santísima Trinidad por Carolina. El 4 de agosto tenemos los resultados de la primera punción de médula luego de la quimioterapia: 0 blastos (o sea, 0 células malignas). Tuvo 5 quimioterapias en total. Cuando comenzamos con la primera, el Dr. Dibar nos dijo que le esperaban mínimamente 7 meses de tratamiento. "Se vienen tiempos tormentosos..." nos dijo. Inmediatamente pensé: "No importa. Dios ha calmado tempestades".

El 30 de noviembre terminó la última quimio, o sea que Carolina terminó todo el tratamiento en cuatro meses y medio. Todas las punciones que le realizaron durante ese período fueron excelentes. No tuvo ninguna complicación importante a pesar de que luego de las sesiones de drogas quedaba neutropénica, o sea sin ninguna defensa. No tuvo problemas con el catéter, cuando otros niños los cambian, pues suelen taparse. No tuvo descomposturas ni efectos colaterales, como por ejemplo, mucositis, que son muy comunes.

Durante todo el tratamiento estuvo la foto del diario de Juan Pablo II bajo su almohada, tanto es así que una doctora decía: "Aquí vengo, a saludar a Carolina y a Juan Pablo". Una médica en particular, la doctora Mónica Makiya, subjefa del sector, nos dijo: "No puedo creer cómo está esta nena. Otros chicos, en esta etapa (sería septiembre) ya han pasado por terapia, respirador...No les cuento más para no asustarlos." El mismo Dr. Dibar nos manifestó varias veces que "esto no es normal..."

Con mi esposo nunca preguntamos ni quisimos averiguar nada sobre la leucemia, simplemente nos pusimos en manos de Dios y la Santísima Virgen, a través de Juan Pablo II. Además, hay en medio muchos milagros cotidianos que no he contado para no ser tan extensa. El 24 de diciembre de 2007, nos comunican que la enfermedad había hecho una remisión completa desde el primer momento, y que mi hija tampoco iba a necesitar mantenimiento.

El 3 de marzo Carolina volvió a la escuela. Ayer, 10 de marzo de 2008 la llevamos a control. Todo perfecto, dijo la Doctora. Por ahora, tenemos que llevarla a control una vez al mes. Nunca los médicos nos dijeron abiertamente esto es un milagro, tampoco nos animamos a preguntarles qué pensaban, pero nosotros así lo sentimos en nuestro corazón.

Gracias, querido Juan Pablo II, quiera Dios que pronto estés reconocido oficialmente por la iglesia, sabemos que desde el cielo aún continúas derramando bendiciones.

Verónica Viñas y Roberto Bilbao
verobert2003@yahoo.com.ar
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(Tenemos documentación de todo el tratamiento)

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miércoles, 3 de febrero de 2010

Abrazado por María

Quiero compartir con todos ustedes este maravilloso secreto que el Santo Padre quiso custodiar en el profundo silencio por tantos años.

Nadie sabe el por qué pero la Santa Sede publicó por vez primera una foto que fue tomada por los responsables de la seguridad en el preciso momento del atentado al Santo Padre el 13 de Mayo de 1981 cuando Juan Pablo II caía en el papa-móvil doblegado por el dolor.

Según explico Joaquín Navarro Vals, portavoz de la Santa Sede, fueron muchos años de estudios sobre el revelado de esta increíble foto y por supuesto sobre la calidad de la película utilizada ya que al primer momento del revelado no se lograba comprender la imagen ya que no era muy nítida.

Finalmente luego de haberla sometido a miles de controles con los fotógrafos más expertos del mundo decidieron que no había ningún truco en ella y hoy nos regalan esta bellísima y conmovedora imagen.

Que la Virgen Santísima, Madre de Dios y Madre nuestra, los abrace y proteja siempre tal como lo hizo con Juan Pablo II en su momento más difícil...


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