“Ante el misterio de la muerte el hombre se halla impotente, vacilan las certezas humanas. Pero, precisamente frente a ese desafío, la fe cristiana, si se la comprende y escucha en toda su riqueza, se presenta como fuente de serenidad y paz. En efecto, a la luz del Evangelio, la vida del hombre asume una dimensión nueva y sobrenatural. Lo que parecía carecer de significado adquiere entonces sentido y valor.”
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Discurso del Papa Juan Pablo II al Primer Congreso Internacinal sobre la asistencia a los moribundos - Martes 17 de marzo de 1992
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