jueves, 2 de julio de 2015

Oración por los amigos que sufren

Padre misericordioso, Señor de la vida y de la muerte. Nuestro destino está en tus manos.
Míranos con bondad y guía nuestra existencia con tu providencia, llena de sabiduría y amor.
Reanima en nosotros, Señor, la luz de la fe para que aceptemos el misterio de este intenso dolor y para que creamos que tu amor es más fuerte que la muerte.
Mira Señor con bondad la aflicción de quienes lloran la muerte de personas queridas: hijas, padres, hermanos, parientes, amigos.
Que sientan la presencia de cristo que consoló a la viuda de Naím y a las hermanas de Lázaro, pues Él es la resurrección y la vida.
Que encuentren el consuelo del Espíritu, la riqueza de tu amor y la esperanza de tu providencia, que abre senderos de renovación espiritual y asegura a quienes le aman, un futuro mejor.
Ayúdanos a comprender, en este misterio del dolor, que somos peregrinos en la tierra, que debemos estar siempre preparados, porque la muerte puede llegar imprevistamente.
Recuérdanos que debemos sembrar en la tierra lo que recogeremos multiplicado en la gloria, para que vivamos mirándote siempre a ti.
Padre y juez de vivos y muertos, que al final nos juzgarás con amor. Te damos gracias, Padre, porque en la fe el dolor nos acerca más a ti y en él crece la fraternidad y la solidaridad de todos los que abren su corazón al prójimo necesitado. Amén.
San Juan Pablo II

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