La Jornada
Mundial del Enfermo representa para todos los enfermos, agentes sanitarios,
fieles cristianos y para todas la personas de buena voluntad, «un momento
fuerte de oración, participación y ofrecimiento del sufrimiento para el bien de
la Iglesia, así como de invitación a todos para que reconozcan en el rostro del
hermano enfermo el santo Rostro de Cristo que, sufriendo, muriendo y
resucitando, realizó la salvación de la humanidad»
(San Juan Pablo
II, Carta por la que se instituía la Jornada Mundial del Enfermo, 13 mayo 1992)
Oración a María Santísima, salud de los enfermos
Oh Virgen
María, Salud de los enfermos, que has acompañado a Jesús en el camino del
Calvario y has permanecido junto a la Cruz en la que moría tu Hijo,
participando íntimamente de sus dolores, acoge nuestros sufrimientos y únelos a
los de Él, para que las semillas esparcidas durante el Jubileo sigan
produciendo frutos abundantes en los años venideros.
Madre de
Misericordia, con fe nos volvemos hacia Ti. Alcánzanos de tu Hijo el que
podamos volver pronto, plenamente restablecidos, a nuestras ocupaciones, para
hacernos útiles al prójimo con nuestro trabajo.
Mientras tanto,
quédate junto a nosotros en el momento de la prueba y ayúdanos a repetir cada
día Contigo nuestro "sí", seguros de que Dios sabe sacar de todo mal
un bien más grande. ¡Amén!
San Juan Pablo
II
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