CIUDAD DEL VATICANO, 15 septiembre 2002 (ZENIT.org)
Juan Pablo II ha destacado el heroísmo del cardenal François-Xavier Nguyen Van Thuan, fallecido el 16 de Setiembre de 2002 a los 74 años, en varios mensajes, uno de ellos enviado a la anciana madre del purpurado vietnamita.
Monseñor Van Thuan, que había nacido el 17 de Abril de 1928, pasó trece años en las cárceles comunistas (nueve en régimen de aislamiento), después de que Pablo VI le nombrara arzobispo coadjutor de Ho Chi Minh (la antigua Saigón) en 1975.
Van Thuan fue deportado en 1991. Juan Pablo II le acogió en Roma. Desde entonces el gobierno vietnamita lo declaró «persona non grata». Nunca más pudo regresar a su patria.
El Papa le acogió en la Curia Romana, donde llegaría a ser creado cardenal y presidente del Consejo Pontificio para la Justicia y Paz.
Al conocer la noticia del fallecimiento del cardenal a causa del cáncer, el Papa envió un telegrama a su madre, la señor Ngo Dinh Thi Hiep, para manifestarle su pésame.
«La Iglesia reconoce en su hijo -asegura el Papa- a un testigo fiel y valiente del Evangelio, al que ha sido fiel en las pruebas por amor a Cristo y a la Virgen María».
El pontífice ha transmitido también sus condolencias a los católicos vietnamitas, enviando un mensaje al obispo de Nha Trang y presidente de la Conferencia Episcopal de Vietnam, monseñor Paul Ngûyen Van Hoa.
El telegrama recuerda «esta gran figura sacerdotal y episcopal de su país, que con una fidelidad y una valentía ejemplares, ha dado testimonio de su fe en Cristo, estando estrechamente asociado a su misión a través de su ministerio y su pasión por los sufrimientos que ha padecido».
Por último, el obispo de Roma ha enviado también un telegrama al obispo Giampaolo Crepaldi, secretario del Consejo Pontificio para la Justicia y la Paz, y a los miembros de ese organismo vaticano que presidía el purpurado.
«El querido hermano difunto deja el recuerdo indeleble de una vida gastada en la adhesión coherente y heroica a la propia vocación, como sacerdote atento a las necesidades del pueblo cristiano y pastor lleno de celo por el Evangelio, siempre fiel a la Iglesia incluso en el duro tiempo de la persecución», constata el mensaje pontificio.
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El Cardenal van Thuan se encuentra actualmente en proceso de beatificación abierto por el Papa Benedicto XVI.
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Juan Pablo II ha destacado el heroísmo del cardenal François-Xavier Nguyen Van Thuan, fallecido el 16 de Setiembre de 2002 a los 74 años, en varios mensajes, uno de ellos enviado a la anciana madre del purpurado vietnamita.
Monseñor Van Thuan, que había nacido el 17 de Abril de 1928, pasó trece años en las cárceles comunistas (nueve en régimen de aislamiento), después de que Pablo VI le nombrara arzobispo coadjutor de Ho Chi Minh (la antigua Saigón) en 1975.
Van Thuan fue deportado en 1991. Juan Pablo II le acogió en Roma. Desde entonces el gobierno vietnamita lo declaró «persona non grata». Nunca más pudo regresar a su patria.
El Papa le acogió en la Curia Romana, donde llegaría a ser creado cardenal y presidente del Consejo Pontificio para la Justicia y Paz.
Al conocer la noticia del fallecimiento del cardenal a causa del cáncer, el Papa envió un telegrama a su madre, la señor Ngo Dinh Thi Hiep, para manifestarle su pésame.
«La Iglesia reconoce en su hijo -asegura el Papa- a un testigo fiel y valiente del Evangelio, al que ha sido fiel en las pruebas por amor a Cristo y a la Virgen María».
El pontífice ha transmitido también sus condolencias a los católicos vietnamitas, enviando un mensaje al obispo de Nha Trang y presidente de la Conferencia Episcopal de Vietnam, monseñor Paul Ngûyen Van Hoa.
El telegrama recuerda «esta gran figura sacerdotal y episcopal de su país, que con una fidelidad y una valentía ejemplares, ha dado testimonio de su fe en Cristo, estando estrechamente asociado a su misión a través de su ministerio y su pasión por los sufrimientos que ha padecido».
Por último, el obispo de Roma ha enviado también un telegrama al obispo Giampaolo Crepaldi, secretario del Consejo Pontificio para la Justicia y la Paz, y a los miembros de ese organismo vaticano que presidía el purpurado.
«El querido hermano difunto deja el recuerdo indeleble de una vida gastada en la adhesión coherente y heroica a la propia vocación, como sacerdote atento a las necesidades del pueblo cristiano y pastor lleno de celo por el Evangelio, siempre fiel a la Iglesia incluso en el duro tiempo de la persecución», constata el mensaje pontificio.
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El Cardenal van Thuan se encuentra actualmente en proceso de beatificación abierto por el Papa Benedicto XVI.
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