El pedazo de tela de Juan Pablo II se ha convertido en
una reliquia venerada en su ciudad natal.
Se encuentra en Wadowice el escapulario de la Virgen del
Carmen que llevaba Juan Pablo II (que se ha convertido en una preciosa
reliquia) desde la edad de 10 años. «En Wadowice –cuenta Karol Wojtyla en el
libro “Don y Misterio” – había sobre una colina un monasterio carmelita, cuya
fundación se dio en tiempos de San Rafael Kalinowski. Los habitantes de
Wadowice lo frecuentaban numerosos, y ello no dejaba de reflejar una difundida
devoción por el escapulario de la Virgen del Carmen. También yo lo recibí, creo
que a los 10 años, y lo llevo todavía.
También se iba con los carmelitanos para confesarse. Así
fue que, tanto en la Iglesia parroquial como en la del Carmelo, se formó mi
devoción mariana durante los años de la infancia y de la adolescencia».
Según lo que afirmó él mismo, Wojtyla nunca se separó de
aquel pedazo de tela que (según la tradición carmelita) ofrece a todos los que
lo llevan con devoción el llamado “privilegio Sabatino”, que promete el abrazo
de la Virgen María el primer sábado después de la muerte. Por una misteriosa
coincidencia, sabemos que Juan Pablo II murió a las 21.37 del 2 de abril de
2005, justamente era un sábado, «mientras en la Plaza San Pedro –recuerda el
teólogo carmelita Antonio Maria Sicari– se cantaba el “Salve Regina”, como se
hace todos los sábados por la noche, desde hace 800 años, en todas las iglesias
carmelitas. Humildes y dóciles coincidencias para los ojos simples de los que
creen que en el Paraíso se cultiva una delicada atención a los
particulares».
Karol Wojtyla llevaba el escapulario también durante el
atentado del 13 de mayo de 1981. «No se quería separar de él –escribe el
postulador de la causa de beatificación, don Oder Slawomir–, ni siquiera en el
quirófano». El Papa Benedicto XVI, durante el Ángelus dominical, quiso recordar
esta particular devoción del Papa polaco.
Ahora, el escapulario de Juan Pablo II se encuentra
custodiado en la ciudad natal del amado Pontífice, en Wadowice, como una
reliquia en el altar de la Virgen del Carmen, en donde el joven Karol lo había
recibido.
Michelangelo Nasca Roma
Fuente: La Stampa
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