En el Evangelio del Domingo III de Pascua (San Juan, capítulo 21, versículos 1-19) leemos el momento en que Jesús confirma a Pedro como piedra
fundamental de la Iglesia.
Al respecto el Beato Juan Pablo II expresó lo siguiente en su Catequesis del 10 de marzo de 1993:
"...De los pasajes del Nuevo Testamento que hemos
analizado varias veces en las catequesis anteriores se deduce que Jesús
manifestó su intención de dar a Pedro las llaves del Reino, como respuesta a
una profesión de fe. En ella Pedro habló, en nombre de los Doce, en virtud de
una revelación que venía del Padre. Expresó su fe en Jesús como el Mesías, el
Hijo de Dios vivo. Esta adhesión de fe a la Persona de Jesús no es una simple
actitud de confianza, sino que incluye claramente la afirmación de una doctrina
cristológica. La función de piedra fundamental de la Iglesia que Jesús confirió
a Pedro comporta, por consiguiente, un aspecto doctrinal (cf. Mt 16, 18-19). La
misión de confirmar a sus hermanos en la fe, que también le confió Jesús (cf.
Lc 22, 32), va en la misma dirección. Pedro goza de una oración especial del
Maestro para desempeñar este papel de ayudar a sus hermanos a creer. Las
palabras «Apacienta mis corderos», «Apacienta mis ovejas» (Jn 21, 15-17) no
enuncian explícitamente una misión doctrinal, pero sí la implican. Apacentar el
rebaño es proporcionarle un alimento sólido de vida espiritual, y en este
alimento está la comunicación de la doctrina revelada para robustecer la fe. De
ahí se sigue que, según los textos evangélicos, la misión pastoral universal
del Romano Pontífice, sucesor de Pedro, comporta una misión doctrinal. Como
Pastor universal, el Papa tiene la misión de anunciar la doctrina revelada y
promover en toda la Iglesia la verdadera fe en Cristo. Es el sentido integral
del ministerio petrino”.
Se puede leer la catequesis completa de Juan Pablo II en
Audiencia General en la Plaza San Pedro del 30 de mayo de 1992 haciendo clic acá.
Fuente: El camino de María
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