domingo, 22 de marzo de 2015

"Si el grano de trigo no muere..."

En el Evangelio del 5to. Domingo de Cuaresma (San Juan 12, 20-33) el evangelista nos narra una de las teofanías en la que Dios Padre da testimonio de su Hijo. Explicando esta teofanía, San Juan Pablo II expresaba lo siguiente en la Catequesis del miércoles 27 de mayo de 1987:

«...En esta línea se puede entender el importante pasaje del Evangelio de Juan (Jn 12, 20-28) donde se narra un hecho ocurrido tras la resurrección de Lázaro, cuando por un lado aumenta la admiración hacia Jesús y, por otro, crecen las amenazas contra Él. Cristo habla entonces del grano de trigo que debe morir para poder producir mucho fruto. Y luego concluye significativamente: “Ahora mi alma se siente turbada; ¿y qué diré? ¿Padre, líbrame de esta hora? ¡Mas para esto he venido Yo a esta hora! Padre, glorifica tu nombre”. Y “llegó entonces una voz del Cielo: '¡Lo glorifiqué y de nuevo lo glorificaré'!” (cf. Jn 12, 27-28). En esta voz se expresa la respuesta del Padre, que confirma las palabras anteriores de Jesús: “Es llegada la hora en que el Hijo del Hombre será glorificado” (Jn 12, 23)."

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