“Cristo resucitó en un determinado momento de la historia, pero aún espera resucitar en la historia de innumerables hombres, en la historia de los individuos y en la de los pueblos. Esta es una resurrección que supone la cooperación del hombre, de todos los hombres. Pero es una resurrección en la cual se manifiesta siempre una oleada de esa vida que surgió del sepulcro una mañana de Pascua hace ya tantos siglos.
Dondequiera que un corazón, superando el egoísmo, la
violencia y el odio, se inclina con un gesto de amor hacia el necesitado, allí
Cristo resucita hoy de nuevo.
Dondequiera que en empeño operante por la justicia emerja
una verdadera voluntad de paz, allí retrocede la muerte y se consolida la vida
de Cristo.
Dondequiera que muera quien ha vivido creyendo, amando y
sufriendo, allí la resurrección de Cristo celebra su victoria definitiva.
La última palabra de Dios sobre las vicisitudes humanas
no es la muerte, sino la vida; no es la desesperación, sino la esperanza.”
San Juan Pablo II
Fuente: denazaret.wordpress
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