miércoles, 28 de noviembre de 2012

Un enamorado de Cristo


Cuenta el Cardenal Coppa, sobre un viaje del Papa a República Checa en el año 1995, cuando ya comenzaba a usar bastón a causa de su salud:

“La primera noche de aquel viaje, luego de volver de la cena con los obispos, bajó a la capilla ante el Santísimo. Las hermanas habían preparado para él un gran reclinatorio, pero prefirió rezar en uno de las bancas habituales. Yo lo acompañaba, esperándolo afuera de la capilla...

La noche siguiente tuve que responder a una llamada urgente y no pude acompañarlo a la capilla. Llegué luego, cuando ya estaba arrodillado. Antes de entrar escuché como una música distinta, y cuando abrí silenciosamente la puerta, escuché como, arrodillado en la banca, cantaba sumisamente ante el tabernáculo.

El Papa cantaba en voz baja ante Jesús Eucaristía: el Papa y Cristo en la Hostia, Pedro y Cristo. Fue para mí una cosa emocionante, un fortísimo reclamo de fe y amor para la Eucaristía, y a la realidad del ministerio petrino.

Nunca he olvidado ese delicado canto, que era como un coloquio de amor con Cristo...

Ese canto nos demuestra, de modo superlativo, que Juan Pablo II ha sido verdaderamente un enamorado de Cristo.”

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