Hace un año, el 27 de abril de 2014, el Papa Francisco
declaró santos a San Juan Pablo II y San Juan XXIII durante una Misa
concelebrada por más de mil pastores entre cardenales, obispos y sacerdotes,
incluyendo al Pontífice Emérito Benedicto XVI, y ante un aproximado de 800 mil
peregrinos.
En aquella ocasión el Papa Francisco resaltó que “en la
convocatoria del Concilio, San Juan XXIII demostró una delicada docilidad al
Espíritu Santo, se dejó conducir y fue para la Iglesia un pastor, un
guía-guiado. Éste fue su gran servicio a la Iglesia; fue el Papa de la
docilidad al Espíritu”.
Mientras que a San Juan Pablo II lo definió como “el Papa
de la familia. Él mismo, una vez, dijo que así le habría gustado ser recordado,
como el Papa de la familia. Me gusta subrayarlo ahora que estamos viviendo un
camino sinodal sobre la familia y con las familias, un camino que él, desde el
Cielo, ciertamente acompaña y sostiene”.
Finalmente el Papa Francisco pidió que “ambos nos enseñen
a no escandalizarnos de las llagas de Cristo, a adentrarnos en el misterio de
la misericordia divina que siempre espera, siempre perdona, porque siempre
ama”.
La Santa Sede estimó que medio millón de personas se
concentró en la Plaza de San Pedro y las vías adyacentes, mientras que otras
300.000 personas siguieron el acto a través de las distintas pantallas gigantes
distribuidas por la ciudad de Roma.
Un total de 870 sacerdotes distribuyeron la comunión a
los fieles y unos 2.000 millones de personas siguieron la celebración en todo
el mundo.
Los peregrinos fueron a la Plaza de San Pedro con
multitud de banderas y pancartas. En la noche previa, cientos de miles
participaron en las vigilias de oración que se celebraron en iglesias del
centro de Roma en distintos idiomas.
Fuente: aciprensa
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