Salve, oh
Madre, Reina del mundo.
Tú eres la
Madre del Amor Hermoso,
Tú eres la
Madre de Jesús, fuente de toda gracia,
el perfume de
toda virtud,
el espejo de
toda pureza.
Tú eres alegría
en el llanto, esperanza en la muerte.
¡Como dulce
sabor tu nombre en nuestra boca,
como suave
armonía en nuestros oídos,
como embriaguez
en nuestro corazón!
Tú eres la
felicidad de los que sufren,
la corona de
los mártires,
la belleza de
las vírgenes.
Te suplicamos
que nos guíes, después de este destierro,
a la posesión
de tu Hijo, Jesús.
Amén.
"...En
este día del mes de Mayo, junto con todos vosotros, también yo he querido venir
en peregrinación a este lugar bendito, para arrodillarme a los pies de la
imagen milagrosa, que, desde hace siglos, no cesa de dispensar gracias y
consuelo espiritual, y para dar así comienzo solemne al mes mariano, que en la
piedad popular encuentra expresiones sumamente delicadas de veneración y afecto
hacia nuestra Madre Dulcísima.
La tradición
cristiana, que nos hace ofrecer flores, ramilletes y piadosos propósitos a la
Toda-hermosa y Toda-Santa, encuentre en este Santuario, que sugiere en medio de
la campiña romana, rica de luz y verdor, el punto ideal de referencia en este
mes consagrado a Ella.
Tanto más que
Su Imagen, representada sentada en el trono, con el Niño Jesús en sus brazos, y
con la paloma descendiendo sobre Ella, como símbolo del Espíritu Santo, que es
precisamente el Divino Amor, nos trae a la mente los vínculos dulces y puros
que unen a la Virgen María con el Espíritu Santo y con el Señor Jesús. Flor
nacida de Su Seno, en la obra de nuestra redención.
Cuadro
admirable, ya contemplado, en una evocación lírica, por el mayor poeta italiano
cuando hace exclamar a San Bernardo: "En Tu Seno se enciende el Amor por
el que caldeada en la eterna paz ha brotado así esta Flor." (Paradiso, 33,
7-9)..."
San Juan Pablo
II Santuario del Divino Amore. 1 de mayo de 1979
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