"...Durante la Sede vacante, y sobre todo mientras
se desarrolla la elección del Sucesor de Pedro, la Iglesia está unida de modo
particular con los Pastores y especialmente con los Cardenales electores del
Sumo Pontífice y pide a Dios un nuevo Papa como don de su Bondad y Providencia.
En efecto, a ejemplo de la primera comunidad cristiana, de la que se habla en
los Hechos de los Apóstoles (cf. 1, 14), la Iglesia universal, unida espiritualmente
a María, la Madre de Jesús, debe perseverar unánimemente en la oración; de esta
manera, la elección del nuevo Pontífice no será un hecho aislado del Pueblo de
Dios que atañe sólo al Colegio de los electores, sino que en cierto sentido,
será una acción de toda la Iglesia.
Por tanto, establezco que en todas las ciudades y en
otras poblaciones, al menos las más importantes, conocida la noticia de la
vacante de la Sede Apostólica, se eleven humildes e insistentes oraciones al
Señor (cf. Mt 21, 22; Mc 11, 24), para que ilumine a los electores y los haga
tan concordes en su cometido que se alcance una pronta, unánime y fructuosa
elección, como requiere la salvación de las almas y el bien de todo el Pueblo
de Dios."
Beato Juan Pablo II
Universi Dominici Gregis, 84
No hay comentarios:
Publicar un comentario