El Papa Francisco reveló a los periodistas a bordo del
avión que lo llevó desde Rio de Janeiro a Roma, que aún no se ha decidido la
fecha en que se celebrará la ceremonia de canonización de sus antecesores Juan
Pablo II y Juan XXIII pero adelantó que podría ser en la Solemnidad de Cristo
Rey que se celebra en noviembre, o el próximo 27 de abril de 2014, Domingo de
la Misericordia.
Al ser consultado sobre el modelo de santidad que para él
representan los dos Pontífices, el Papa Francisco aseguró que Juan Pablo II “fue un gran visionario de la Iglesia. Un
hombre que ha llevado el Evangelio a todos. Es un san Pablo. Un grande. Hacer
la ceremonia de canonización juntas es un mensaje a la Iglesia: estos dos son
buenos”.
Tras recordar que “siguen su curso las causas de Pablo VI
y Juan Pablo I”, explicó que pensaba realizar la canonización en diciembre
próximo “pero hay un gran problema: los pobres que tienen que venir de
Polonia”.
“Los que tienen dinero pueden venir en avión, pero para
los pobres que tengan que venir en autobús el viaje en diciembre es muy duro.
Creo que habrá que repensar la fecha. Hemos visto dos posibilidades, o Cristo
Rey de este año o el domingo de la Misericordia del próximo año. Creo que es
poco tiempo el Cristo Rey de este año”, sostuvo.
Juan XXIII, un
cura de pueblo
Sobre el Papa Bueno, Francisco consideró que “Juan XXIII es un poco la figura del cura de
pueblo. El cura que ama a cada uno de sus fieles y sabe cuidar a sus fieles. Y
esto lo ha hecho como arzobispo, como nuncio... Es un cura de pueblo bueno, y
con un sentido del humor muy grande y una gran santidad”.
El Papa recordó que cuando Mons. Ángelo Giusseppe
Roncalli - luego Juan XXIII - era nuncio, “algunos no lo querían mucho en el
Vaticano y cuando llegaba a llevar cosas o a pedir alguna cosa en las oficinas,
lo hacían esperar. Nunca se quejaba. Rezaba el rosario, leía el breviario. Era
un hombre humilde. Y también alguien que se preocupaba por los pobres”.
Además, relató que “una vez, el cardenal Casaroli volvió
de una misión creo que en Turquía o en la antigua Checoslovaquia y fue a verlo
para informarle de la misión, en aquellos tiempos de la diplomacia de pequeños
pasos. Cuando Casaroli se iba, lo paró y le dijo: excelencia, una pregunta:
¿usted continúa yendo a visitar a aquellos jóvenes presos la cárcel de menores
de Casal del Marmo? El cardenal le dijo que sí y Juan XXIII le pidió: no los abandone
nunca”.
Juan XXIII “era un
grande. Un hombre que se dejaba guiar por el Señor”, dijo Francisco.
Fuente: ACIprensa
No hay comentarios:
Publicar un comentario